El CFO de Volkswagen dice que la falta de chips durará hasta 2024

Arno Antlitz, CFO de Volkswagen, ha comentado recientemente en una entrevista que está convencido de que la seguirá habiendo una falta de semiconductores durante todo este año, y también durante el próximo, lo que significa que la situación no se resolverá realmente hasta 2024.

Es importante destacar que el CFO de Volkswagen no habla ya de una escasez de semiconductores, o al menos no en el sentido que habíamos venido viendo durante los últimos meses, sino que se refiere a una falta de suministro en relación con la demanda, es decir, a una falta de capacidad productiva para cubrir una demanda que es cada vez mayor.

Lo que acabamos de explicar se aprecia sin problema cuando vemos que el ejecutivo continuó diciendo que, a finales de este año, se empezarán a resolver los cuellos de botella más importantes que han venido afectando en gran medida al suministro de semiconductores a nivel global, lo que permitirá a la industria volver a un nivel de producción similar al que tenían en 2019. Esto se conseguirá en 2023, lo que significa que tendremos una capacidad productiva superior a la actual, pero no ajustada a la demanda real, con todo lo que ello supondrá en materia de suministro.

Esta situación podría resolverse por completo en 2024, según el CFO de la compañía alemana, aunque es importante tener en cuenta que esta es una previsión, y no una fecha confirmada. Hace un par de meses vimos que Volkswagen había confirmado que el suministro de chips había empezado a mejorar, pero esto no quiere decir que la situación haya vuelto totalmente a la normalidad, obviamente.

El peso de los semiconductores en el sector del automóvil será cada vez mayor, debido a la creciente dependencia de la tecnología por parte del mundo del motor. Dicha dependencia no se estancará, todo lo contrario, cada vez irá a más. Solo tenemos que pensar en los saltos evolutivos que se han producido en dicho sector durante los últimos años, y en todo lo que está por venir: automóviles totalmente conectados, sistemas de conducción totalmente autónoma, equipos de infoentretenimiento cada vez más avanzados y sistemas de control inteligente de última generación, entre otros. Todo esto depende de los chips, y de chips cada vez más avanzados, complejos y caros.