A Fondo
Cinco reglas que los CIOs han aprendido tras dos años de pandemia
Han pasado más de dos años desde que la pandemia provocada por el COVID-19 llevase a millones de personas en todo el mundo a trabajar a distancia. Dos años en los que la mayoría de los empleados han mantenido o incrementado sus niveles de productividad y que han conseguido que muchos se planteen cómo era el mundo antes de tener la posibilidad de trabajar de forma remota.
Pero también han sido dos años de lecciones aprendidas, especialmente en el terreno tecnológico. Los CIOs han tenido que poner en marcha procesos de transformación digital en tiempo récord y adaptarlos en función de las distintas realidades y circunstancias. En la nueva normalidad, en la que lo que parece imponerse es el trabajo híbrido, hay unas cuantas lecciones que merece la pena destacar.
El escritorio como servicio ha venido a quedarse
A medida que en los dos últimos años ha ido aumentando el número de personas que comienzan a trabajar a distancia, los CIOS de muchas empresas se han enfrentado al desafío de proporcionarles las herramientas que necesitan para trabajar.
En muchos casos, esto ha pasado por permitir que los empleados tuviesen la oportunidad de trabajar con sus propios dispositivos o que la empresa financiase (completamente o en parte) portátiles para teletrabajar. El mercado del PC, que había permanecido plano durante los últimos cinco años, volvía a crecer con fuerza. No va a durar. Los propios CIOs ya están notando cómo incluso con la vuelta a la oficina, las compañías no están reemplazando los equipos con los que contaban y es probable que no tardemos en volver a la situación previa.
La buena noticia es que ante esa «escasez» de equipamiento TI, los CIOs han descubierto que cuentan con nuevas herramientas, una vez que soluciones como el «escritorio como servicio» o las plataformas VDI han solucionado los problemas de rendimiento que tenían tan solo hace unos años y facilitan que cualquier persona que tenga una conexión a Internet, pueda empezar a trabajar sin preocuparse de casi nada más.
Una cultura de colaboración
Trabajar a distancia supone entre otras cosas una pérdida de contacto y de colaboración entre personas…que podían ser mucho más creativas cuando compartían el mismo espacio.
Esto se ha resuelto en parte con el desarrollo de un trabajo híbrido que combina ambos escenarios, pero al que se le tiene que sumar el uso de soluciones de colaboración adecuadas.
Una vez que los trabajadores han encontrado sus ritmos individuales de trabajo desde casa, su gestión requiere diferentes tipos de comunicación. Los trabajadores han descubierto que sobrecomunicarse es importante cuando todo el mundo está a distancia, ya que la comunicación on-line sólo transmite una fracción de lo que comparten en persona.
La solución inmediata puede ser utilizar herramientas como Microsoft Teams, Slack u otras..pero tan importante como la plataforma es ser capaces de fomentar y formar en una cultura de colaboración a distancia.
¿Qué es una jornada laboral?
Pese a los peores augurios, la pandemia no se ha traducido en una pérdida de productividad sino más bien en todo lo contrario. El no tener que desplazarse hasta y desde el trabajo, reuniones más ágiles y una mayor flexibilidad horaria, han redefinido lo que es una jornada laboral. El trabajo ha pasado de ser un sitio al que se va, a un cosa que se hace.
Las grandes beneficiadas en términos tecnológicos han sido empresas como Zoom o Microsoft Teams, que han visto aumentar el número de usuarios activos diarios de 32 a 75 millones en menos de un año.
Tan interesante como lo anterior son datos que indican que el uso de Teams es especialmente intenso entre las 8 y 9 de la mañana y entre las 6 y 8 de la tarde, franjas horarias que tradicionalmente han sido «valle». También se ha incrementado su uso a lo largo del fin de semana, con un crecimiento en el número de chats del 200%.
Así pues, ¿cuándo empieza y cuándo acaba la jornada de trabajo? ¿Son suficientes y realmente funcionan las leyes que abogan por la desconexión fuera del horario laboral?
El reto de atraer y retener talento
Pese a la vuelta a una cierta normalidad, el poder trabajar a distancia se ha instalado en lo que la mayoría de los trabajadores consideran un derecho adquirido, por lo que en la lucha por atraer y retener talento, las compañías que no ofrezcan esta posibilidad, se encuentran en clara desventaja.
Vamos sin embargo a un escenario en el que esto no basta. Los CIOS están invirtiendo en tecnología para que los empleados puedan ser aún más productivos desde cada, adquiriendo nuevos ordenadores, monitores panorámicos, sillas ergonómicas, etc.
En el reto por retener un talento que en algunas posiciones técnicas escasea como nunca antes, las compañías harán lo posible por que sus empleados se sientan a gusto: si eso implica comprarles hasta una máquina de café con suscripción a las mejores cápsulas, lo harán.
La nueva normalidad
Todo lo anterior, junto a fenómenos como la adopción masiva del cloud, el incremento exponencial de la movilidad y los nuevos riesgos de ciberseguridad, configuran un panorama nuevo en el que tan solo ahora estamos comenzando a dibujar las primeras reglas.
Ante esta avalancha de cambios, es probable que algunos CIOs sientan la necesidad de lanzarse en brazos de nuevas soluciones tecnológicas que prometen ser capaces de solucionar toda clase de problemas, sin tener en cuenta que la tecnología debe ser siempre un medio y no una solución en busca de desafíos que superar.
A veces es necesario tener mantener la cabeza fría y analizar qué es lo que está pasando, qué le conviene a la empresa y antes de implementar nuevas herramientas, comprender qué nuevas interdependencias se establecen entre empleados, directivos y esas soluciones tanto en la oficina como a distancia.
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