El Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería: mujeres que hicieron historia

El 23 de junio celebramos el Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería en el que aprovechamos para echar la mirada atrás y descubrir algunas mujeres que hicieron historia. Aunque gran parte de los referentes todavía sean masculinos, es importante que ganen presencia esas mujeres que de forma injusta, parecen quedar relegadas a un segundo plano.

Y es que según el último informe de Eurostat, en 2020 un 41% de las mujeres se dedicaban a la ingeniería y a otros empleos científicos. Esto es casi la mitad, por lo que en este Día Internacional de la Mujer en la Ingeniería debemos llamar la atención sobre ellas.

La mujer ingeniera en la universidad

La presencia de la mujer ingeniera en la universidad está aumentando, si bien los números siguen arrojando una mayor presencia de hombres en este tipo de carreras donde hay múltiples especialidades de ingeniería: informática, civil, eléctrica, mecánica, industrial o química. No obstante, esto puede tener varias razones, desde una falta de interés por las materias impartidas o por la falta de referentes.

A esto queremos prestarle hoy atención, hablando de aquellas mujeres ingenieras que hicieron aportaciones muy interesantes que en la actualidad se desconocen. Mujeres que fueron en contra de los preceptos de su tiempo y que apostaron por formarse en carreras donde la presencia de los hombres era todavía mayor que la de ahora. Por lo tanto, en este día, es importante darles el protagonismo que se merecen.

Mujeres ingenieras que hicieron historia

Uno de los primeros nombres que nos deberían sonar es el de Elisa Leonida Zamfirescu. Fue una de pocas mujeres que se aventuró a formarse en ingeniería y que no lo tuvo nada fácil. De hecho, en Bucarest la rechazaron, pero en Berlín logró terminar su carrera graduándose con honores. Fue directora de laboratorio, profesora y la primera mujer ingeniera en formar parte de una asociación de ingenieros.

La ingeniería de caminos no es una de las ramas más solicitadas, pero Araceli Sánchez Urquijo encontró en ella su vocación y pasión. Fue la primera mujer en desempeñar este tipo de trabajo y todas las mujeres que desean estudiar este tipo de ingeniería no deberían olvidar su nombre. Una persona enfocada en lo que quería y que en pleno 1949 consiguió graduarse en aquello a lo que deseaba dedicarse.

¿Quién fue la primera programadora de ordenadores? La respuesta es Ada Lovelace. Desarrolló un algoritmo y, también, dedujo que los ordenadores podrían crear gráficos o incluso componer música en unos años. No estaba equivocada. Hoy en día los ordenadores pueden hacer muchísimo más y gracias a sus contribuciones hoy debemos darle las gracias. Un nombre que no debemos olvidar.

Otros nombres de mujeres en la ingeniería serían Helen Augusta Blanchard que creó la máquina de coser en zigzag, Hady Lamar que contribuyó a las comunicaciones a larga distancia y Evelyn Berezin gracias a la que hoy podemos reservar billetes online. Aportaciones de mujeres en la ingeniería que no deben caer en el olvido y que en este Día Internacional de la Mujer Ingeniera recordamos.

La importancia del referente

Todos los nombres de mujeres mencionados merecen ser conocidos al igual que el de tantos hombres. Por eso, este día también es un intento de reivindicar todas aquellas aportaciones que hicieron mujeres ingenieras, que cambiaron el curso de la historia y que fueron relevantes para el día de hoy. Además, estos referentes femeninos pueden animar a muchas estudiantes a elegir carreras de ingeniería si es lo que quieren hacer.

A veces, subestimamos la importancia que tienen los referentes y, sin embargo, es muy elevada. Una joven interesada en la informática que sepa lo que hizo Ada Lovelace puede permitirle caminar hacia una formación que la convierta en una mujer ingeniera que pueda desarrollar el trabajo de sus sueños.

No todas las mujeres van a querer ser ingenieras, está claro, pero los referentes pueden ayudar a aquellas que puedan estar dudando sobre qué hacer y que les pueda apasionar la ingeniería de caminos o la eléctrica, por ejemplo. Hay tantas ingenierías que en todas hay cabida para ellas y los datos de Eurostat en cuanto al empleo en el sector científico y de ingeniería, mencionados al principio, son reveladores.

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