Las diferencias entre programación extrema y Scrum que todo desarrollador de software debe conocer

Cuando se plantea el desarrollo de un software, conviene pensar en el tipo de metodología por la que se va a optar. Para ello, es importante diferenciar entre la programación extrema y scrum. Dos opciones que existen desde hace bastante tiempo y con las que los desarrolladores trabajan habitualmente. Por esta razón, es fundamental saber cuáles son las diferencias entre una y otra.

Una se centra en la programación, otra en la gestión

La principal diferencia entre estos dos métodos para programar es que la programación extrema se centra en la codificación y las pruebas que hay que revisar durante el desarrollo de un software. Sin embargo, scrum se comporta de manera distinta en esto y es que sus esfuerzos se orientan a la gestión del producto. Deja de lado toda esa parte de programación más matemática para centrarse en la estrategia.

¿Esto es positivo o negativo? La verdad es que no hay un posicionamiento de los desarrolladores en este sentido. De hecho, algunos creen que estas dos formas de programar no son incompatibles. Sí es cierto que cada una tiene un cometido algo diferente, pero no hay una que sea mejor que la otra. Ambas son útiles.

El tiempo es un factor diferenciador

La segunda diferencia de estos métodos de programación es que el tiempo varía. Con la programación extrema el trabajo de desarrollo de un software puede estar listo en unas dos semanas como máximo. Pero, esto no queda tan claro al trabajar con scrum. El motivo está en que scrum utiliza los “sprints”, es decir, ciclos de lanzamiento cortos que se revisan para su mejora. Por lo tanto, los tiempos se alargan.

Con el scrum, dependiendo de cómo vayan esos “sprints”, los resultados pueden estar en pocas semanas o meses. Por lo tanto, si se necesita una programación acelerada, esta no será la mejor opción. En estas situaciones, la programación extrema, por circunstancias lógicas, sería la alternativa ideal para cumplir con los tiempos.

Tarjetas de historias vs. tableros de tareas

Una tercera diferencia que los desarrolladores deberían conocer sobre estas dos opciones para programar es la manera en la que realizan el seguimiento de las tareas. Por ejemplo, en la programación extrema se utilizarían tarjetas de historias que son como una especia de fichas con información clave como la prioridad que se tiene, el riesgo del desarrollo y la descripción propia de esa tarjeta de historia.

Scrum, en cambio, usa tableros de tareas que nos recuerdan un poco a la aplicación Trello. Se trata de un método más visual en el que se concretan los pasos que se deben realizar, su orden de prioridad, cuáles se deben revisar o están completados, etc. La elección de un método u otro dependerá de cada desarrollador.

Los propósitos son diferentes: producto funcional o libre de errores

La cuarta diferencia entre programación extrema y scrum es que la primera tiene como cometido el desarrollo de un software que esté libre de errores. Es por esto por lo que hay un orden de prioridad específico para la resolución de determinadas tareas y la metodología basada en pruebas es tan indispensable. No se busca lanzar un producto, sino conseguir un software lo más perfecto posible.

Contrariamente, scrum está enfocado en crear un producto funcional. Como ya mencionamos, la gestión es una de sus prioridades y esto de centrarse en un producto funcional puede generar sospechas sobre su viabilidad o altas posibilidades de errores. Sin embargo, debido a que se suele tardar más en obtenerlo, por cómo trabaja con los “sprints”, se puede verificar que todo está bien con la suficiente antelación.

Las diferencias entre la programación extrema y scrum conviene tenerlas en cuenta, ya que apostar por un método u otro ofrecerá un resultado para los equipos diferentes. Aunque scrum está muy de moda hoy en día, la programación extrema ofrece una serie de ventajas a las que también se debería prestar atención.