Windows 11 empieza a ganar terreno en empresas, aunque la tasa de adopción es lenta

El lanzamiento de Windows 11 se vio lastrado por dos claves muy importantes. La primera fue el aumento de los requisitos mínimos frente a Windows 10, una decisión que generó una fuerte controversia y que hizo que muchos equipos relativamente nuevos, y todavía muy potentes, se quedaran fuera de la lista de hardware soportado oficialmente. La segunda clave fue el requisito de contar con un chip TPM, una exigencia que también hizo que una gran cantidad de PCs y portátiles no pudieran cumplir con los requisitos mínimos.

Esas dos claves, unidas a los problemas que ha venido mostrando Windows 11, tanto de rendimiento como de estabilidad tras la llegada de varias actualizaciones con problemas graves, no han hecho ningún bien a la tasa de adopción de este sistema operativo, que todavía hoy tiene una baja tasa de adopción comparado con Windows 10, tanto en PCs de consumo como en equipos empresariales, aunque parece que poco a poco esto está empezando a cambiar.

Steve Kleynhans, vicepresidente de investigación de Infraestructura y operaciones del lugar de trabajo digital en Gartner, ha confirmado que la tasa de adopción de Windows 11 está empezando a crecer, y que la llegada de la actualización 22H2 habría sido clave en este sentido, porque:

«Muchas empresas han comenzado, o tienen previsto iniciar, programas piloto para saltar a Windows 11 este mes, y planean trasladar nuevas compras a Windows 11 en los próximos meses una vez que se sientan cómodos. Es probable que las actualizaciones de los sistemas existentes necesiten todavía más tiempo, ya que no habrá una gran necesidad hasta más adelante en 2024, cuando el final de la vida útil de Windows 10 empiece a estar cada vez más cerca.»

Esto nos deja un dato muy importante, y es que las empresas están empezando a prepararse para dar el salto a Windows 11 porque son conscientes de que el final de Windows 10 está cerca, y no quieren apurar demasiado el plazo. Os recuerdo que dicho sistema operativo se quedará sin soporte a partir del 14 de octubre de 2025, es decir, dentro de dos años y nueve meses.

Cuando se produzca el final del soporte de Windows 10 dicho sistema operativo seguirá funcionando, pero ya no recibirá actualizaciones de seguridad ni correcciones de errores, y será solo cuestión de tiempo hasta que se convierta en un problema para cualquier empresa que decida seguir utilizándolo. También podría experimentar limitaciones de compatibilidad con ciertas aplicaciones importantes.