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Avaya negocia su bancarrota, que daría su control a varios fondos de inversión
Avaya Holdings Corp está negociando su bancarrota con varias entidades que le prestaron dinero en su día. Todo forma parte de un plan con el que estas entidades, que son varios fondos de inversión, se quedarían con el control de la empresa una vez que se aprobase su bancarrota. Esta sería, según Bloomberg, del tipo que permite a las empresas seguir funcionando mientras trabajan en un plan para devolver lo que deben a las entidades que pusieron dinero para apoyarles.
La declaración de bancarrota podría producirse muy pronto: a finales de este mes, según algunas fuentes. Su negociación, así como otros temas relacionados, se ha realizado con los principales prestamistas de la compañía. Entre ellos, con Apollo Global Management, Ares Management e Invesco.
Además, Avaya ha comenzado también otras negociaciones con prestamistas destacados, en este caso sobre una potencial financiación de «deudor en posesión», para ayudar a financiar la empresa mientras esté en bancarrota. Eso sí, todavía no hay nada definitivo, ya que las negociaciones aún siguen su curso y podrían romperse.
El mes pasado, Avaya confirmó que había recibido varias propuestas de reestructuración de varios grupos de crédito. Algunos de ellos están presionando para que la empresa se reestructure a través de una bancarrota, mientras otros prefieren que Avaya siga fuera de los tribunales, según varias informaciones remitidas al respecto a la Comisión del mercado de valores de Estados Unidos.
Si Avaya opta finalmente por solicitar la bancarrota, puede abrirse la puerta a que algunos de sus inversores, que han visto cómo ha caído el valor de sus inversiones, decidan acudir a los tribunales. Muchos poseedores de los bonos convertibles de la compañía han decidido no entrar en negociaciones con Avaya para proteger sus derechos para acudir a los tribunales contra la dirección y responsables de Avaya si esta acaba en el tribunal de bancarrota.
Avaya enfadó a muchos de sus prestamistas el año pasado después de hacer públicos unos resultados preliminares que dejaban claro que no iban a cumplir sus objetivos esperados y previstos en cuanto a ingresos ni de lejos. Lo hizo solo unas semanas después de vender un «préstamos ventajoso» a los inversores. Este paso, además, despertó dudas sobre cómo los resultados de la compañía se habían quedado tan lejos de las previsiones compartidas con los prestamistas durante el proceso de sindicación de los préstamos.
Algunos inversores, de hecho, se preocuparon porque la empresa pudiese estar mostrando de manera equivocada su estado financiero, además de por la ruptura de sus obligaciones fiduciarias. También de que hubiese iniciado negociaciones de mala fe. Estas alegaciones podrían, de hecho, servir como base para posibles demandas. Mientras tanto, en Avaya siguen con las negociaciones, y si la compañía se declara en bancarrota, sería la segunda vez que lo hace. La primera fue en 2017.
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