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La guerra tecnológica entre EEUU y China que puede afectar al suministro de los chips
Estados Unidos y China abren una guerra tecnológica en la que buscan encabezar el desarrollo tecnológico por encima del otro. Esta vez el origen se encuentra en los chips, estos microprocesadores que forman parte de nuestro día a día sin casi percatarnos de ello. Los chips permiten que nuestros dispositivos móviles o nuestros equipos informáticos funcionen, que nuestros electrodomésticos puedan trabajar o en definitiva hacernos la vida más fácil.
Estados Unidos ha dado un paso al frente en esta guerra y le ha puesto las cosas más complicadas a la industria de los semiconductores chinos. El Gobierno estadounidense tiene claro la premisa, evitar que China los desarrolle por encima de ellos. La guerra está servida.
La producción de chips
A día de hoy la fabricación de estos mecanismos es llevada a cabo por empresas repartidas por todo el mundo, algunas con una gran demanda como TSMC, la empresa de Taiwán que controla la producción del 90% de chips de gama alta. Ahora, ante el interés por controlar el sector tecnológico Estados Unidos y China se enfrentan a una batalla por controlar su creación.
Ambos países son conscientes de que la vida gira alrededor de estos chips de última generación, algo que les posicionaría en un lugar privilegiado. La pandemia arrojó un escenario de escasez de estos microprocesadores por lo que ante su demanda, el gobierno estadounidense ha declarado su intención de atraer su fabricación al país.
La guerra tecnológica
La guerra entre Estados Unidos y China está repercutiendo en la producción de suministros de los semiconductores a nivel mundial, hecho por el que el país americano ha decidido abordar las restricciones impuestas al fabricante chino de servidores Inspur Group, por el cual permite a las empresas estadounidenses continuar abasteciendo a las filiales de Inspur.
El Gobierno de Biden ha establecido una lista de bloqueo comercial que incluyen un conjunto de empresas a las que los fabricantes de chips de Estados Unidos no pueden vender productos sin contar con licencias. Desde el Departamento de Comercio de Estados Unidos se trabaja en las afiliadas de Inspur que continúan operando a sus anchas. Tal es así que, empresas como Intel, Nvidia o Cisco pueden continuar comerciando con Inspur sin necesidad de licencia.
La lista negra recoge un conjunto de compañías que según el Departamento de Comercio de Estados Unidos permiten “contribuir a la base industrial militar y de defensa de Rusia, apoyar la modernización militar de la República Popular China y facilitar o participar en abusos contra los derechos humanos en Birmania y en la República Popular China (RPC)”.
La guerra entre Estados Unidos y China se expande
Dentro de la guerra que libran ambas potencias mundiales, las consecuencias han llegado a otros tantos países que lejos de verse inmersos en ella se han visto abocados a posicionarse. Estados Unidos realizó un trabajo de convencimiento sobre dos de sus principales socios, Holanda y Japón, y así desbancar a China.
En este sentido, el Consejero de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Jake Sullivan, ha declarado que el país ya ha entablado conversaciones con sus socios para limitar la venta de los equipos fotolitográficos necesarios para la fabricación de chips a China. Estados Unidos sabe bien con quien se alía, y es que en la actualidad la holandesa ASML es la única compañía del mundo capaz de poner a punto las máquinas de litografía de ultravioleta extremo.
Pero los lazos de unión que pretende establecer Estados Unidos no se limitan a Holanda. La alemana ZEISS es la encargada de producir los elementos ópticos que requieren estos equipos y los espejos reflectores que transportan la luz desde la fuente emisora hasta la máscara, fabrica también los sensores y actuadores encargados de que el trabajo de los equipos ópticos de las máquinas litográficas se adecuen a las tolerancias exigidas.
En esta situación, Japón también está involucrado, y es que aunque las empresas Canon y Nikon ya se retiraron de la carrera con ASML, el país sigue teniendo mucho que decir. Lo cierto es, que muchos de los equipos que conviven junto a las máquinas de ASML en las fábricas, son de producción japonesa.
La realidad es que aunque la guerra se libra entre Estados Unidos y China la onda expansiva es muy potente ya que en la producción de semiconductores entran en juego otros elementos necesarios que se reparten por el mundo. Las consecuencias de esta guerra pueden llegar a afectarnos a todos, y es que si la cadena de suministros se ve detenida la producción de muchos de nuestros productos del día a día puede verse afectada.
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