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VDI en tu centro de datos: sin cuellos de botella y el mejor rendimiento
Hemos aprendido muchas cosas de la pandemia provocada por el COVID-19. Las empresas han comprendido que pueden mantener sus operaciones de negocio si invierten en tecnología y digitalización; los trabajadores y en gran parte sus managers, que se puede ser tan productivo o más trabajando desde casa que en las oficinas de la organización.
Dicho de otra forma, el trabajo a distancia ha llegado para quedarse, especialmente en entornos híbridos. Poner en marcha una estrategia de teletrabajo sin embargo, no es posible si la organización no cuenta con la tecnología adecuada. En ese definir qué es la tecnología adecuada, VDI (infraestructura de escritorios virtuales) juega un papel fundamental.
Y aunque en los últimos meses el del teletrabajo ha disparado su uso, este no es ni mucho menos el único motivo por el que apostar por VDI. Empresas que cuentan con distintas sucursales dispersas geográficamente y quieren ofrecer una experiencia unificada, entornos en los que sea necesario poner en marcha altísimas medidas de seguridad, cuando sea necesario habilitar espacios de trabajo bajo demanda para contratistas, consultores o empleados temporales, o centros educativos que necesiten proporcionar a los estudiantes acceso a aplicaciones y recursos específicos, representan otros motivos en los que el VDI es una opción ganadora.
Miles de escritorios en tu centro de datos
Una infraestructura de VDI es un conjunto de tecnologías que lo que hacen es virtualizar los escritorios de los empleados de una empresa, alojándolos normalmente en su propio centro de datos. De esta forma, normalmente utilizando un navegador web, los trabajadores pueden acceder al mismo escritorio que están acostumbrados a utilizar en su empresa (información, aplicaciones, correo corporativo, etc.) desde cualquier dispositivo.
La experiencia es la misma que si se estuviese trabajando en un escritorio instalado en un ordenador físico, con la diferencia que casi todos los procesos se producen en remoto y de forma centralizada, lo que ofrece una alta escalabilidad y flexibilidad, mayor espacio de almacenamiento, incremento de seguridad de la información y protección de los procesos de continuidad de negocio. Otras ventajas de esta aproximación a la gestión en remoto del trabajo incluyen:
- Entrega la experiencia adecuada a los empleados, con independencia de su ubicación y de las características de su equipo. Ante cualquier problema de hardware que puedan tener, basta con lanzar un nuevo escritorio.
- Protege las aplicaciones y los datos de negocio sin comprometer la productividad o la innovación, ya que el centro de datos contiene los datos y despliega políticas para proteger las aplicaciones.
- Simplifica la gestión ya que los administradores aplican actualizaciones y cambios centralmente, así como políticas de IT para todos los escritorios virtuales.
- Más agilidad para escalar vertical y horizontalmente en función de las necesidades empresariales.
- Mejora en los niveles de servicio: La infraestructura de escritorios virtuales consolida las funcionalidades de la infraestructura de TI en un grupo de recursos flexible y elástico que se puede implementar, compartir y readaptar en función de la necesidad de negocio de cada momento.
Virtualizando el puesto de trabajo con la mejor infraestructura y HPE ProLiant Gen 11
Aunque hoy en día, los principales proveedores de cloud público ofrecen a sus clientes la posibilidad de desplegar una completa infraestructura de VDI as a Service, el coste cuando de lo que se trata es de virtualizar algo más que unas decenas de puestos, no suele ser demasiado competitivo. Esto lleva a que sean muchas las compañías que, a la hora de desplegar VDI opten por hacerlo de forma local, u optando por una modalidad de cloud privada gestionada, sobre la que tienen un mayor control.
¿Qué necesitan para hacerlo? Por supuesto una infraestructura de red que reduzca al mínimo la latencia (que es una de las principales quejas que había hace unos años sobre VDI y que a día de hoy se ha resuelto), pero también y de forma sobresaliente, un conjunto de servidores que puedan gestionar de forma fluida cientos o miles de puestos sin que se creen cuellos de botella que acaben poniendo en jaque la experiencia de usuario de los trabajadores. Una configuración que por ejemplo tuviese que dar soporte a 400 usuarios para una empresa distribuida en varias sedes podría ser la siguiente:
- Potencia de procesamiento: se recomendaría utilizar servidores con procesadores de alto rendimiento y múltiples núcleos. Dependiendo del presupuesto y los requisitos específicos, los servidores podrían incluir procesadores Intel Xeon o AMD EPYC, con al menos 16 núcleos.
- Memoria RAM: para soportar la carga de trabajo de cientos de escritorios virtuales, es interesante una configuración con al menos 128 GB o más de RAM, que garanticen un rendimiento fluido y capacidad para ejecutar múltiples escritorios virtuales simultáneamente.
- Almacenamiento: idealmente se podría utilizar una combinación de unidades de estado sólido (SSD) y discos duros de alta capacidad para el almacenamiento de los escritorios virtuales. Los SSD proporcionarían una alta velocidad de lectura y escritura, lo que mejoraría el rendimiento de las máquinas virtuales. Además, los discos duros de alta capacidad permitirían almacenar los datos de manera eficiente. Se recomendaría una configuración RAID para mejorar la tolerancia a fallos y la disponibilidad de los datos.
- Red: los servidores deberían estar equipados con múltiples interfaces de red de alta velocidad, preferiblemente de 10 Gigabit Ethernet o superior. Esto permitiría una conectividad de red rápida y confiable entre los servidores, los conmutadores y los dispositivos cliente que acceden a los escritorios virtuales.
- Virtualización: hipervisores como VMware vSphere o Citrix Hypervisor son algunos de los más populares para virtualizar los recursos de los servidores y administrar las máquinas virtuales de los escritorios virtuales.
En este terreno, HPE ProLiant se ha diseñado para responder con una experiencia optimizada a las necesidades de una plantilla moderna y diversa en un mundo híbrido, al tiempo que protege el negocio con eficiencias ventajosas, que abarcan las economías operativas y del rendimiento.
La computación de HPE ProLiant Gen11 con procesadores AMD proporciona eficacia, escalabilidad y economía para acelerar los resultados de negocio, al tiempo que reduce el coste total de la propiedad.Desde el silicio al software, desde la fábrica hasta la nube y de generación a generación, HPE ProLiant ha sido diseñado con un enfoque de seguridad fundamental con el objetivo de protegerte frente a las amenazas cada vez más complejas mediante un compromiso incondicional con los avances de seguridad continuos.
Por otro lado, HPE Greenlake para VDI puede proporcionar las ventajas en cuanto a seguridad, rendimiento y cumplimiento normativo de una solución local de VDI, con la sencillez y flexibilidad de la nube. Al mismo tiempo, la infraestructura de HPE smplifica la forma en que controlas tu computación desde el extremo hasta la nube con una experiencia que transforma las operaciones empresariales y cambia el enfoque de tu equipo de reactivo a proactivo con información y visibilidad globales a través de una consola unificada.
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