Opinión
No permitas que tus cargas de trabajo se queden atascadas en el barro
A medida que las empresas tratan de optimizar sus costes para enfrentar las crisis económicas, el aumento del gasto en la nube puede causar algunos quebraderos de cabeza. Aunque existen muchas opciones diferentes para ayudar a mitigar esta situación, desde trasladar cargas de trabajo a un entorno más rentable (e incluso volver a las instalaciones), o rediseñar la arquitectura para ahorrar costes; las organizaciones a menudo carecen de la agilidad técnica para sacarles el máximo partido.
Con las empresas modernas cargando con tantos datos, aplicaciones heredadas o de cosecha propia que no permiten la transferencia y el bloqueo de la nube con el que hay que lidiar, las empresas se enfrentan a un verdadero reto. Todo ello con el telón de fondo de ciberamenazas como el ransomware, por lo que es necesario encontrar el equilibrio adecuado entre coste y seguridad para cada carga de trabajo. Para evitarlo, los equipos de TI diseñan y ajustan cada vez más sus entornos teniendo en cuenta la portabilidad y planteándose antes algunas preguntas:
¿Por qué trasladar los datos?
Es obvio que los entornos informáticos de las empresas modernas son enormemente complejos. Pueden ser monolíticos y estar muy dispersos, y la creciente gravedad de los datos de algunos entornos hace que muchas empresas sean esencialmente «acaparadoras digitales». Esto es problemático de por sí, ya que aferrarse a datos que no necesitan les expone a riesgos innecesarios de ciberseguridad y cumplimiento. Pero el exceso de datos en la nube también acarrea graves consecuencias financieras y el temido «shock ante la factura» cuando ésta llega.
Por eso, aunque muchas empresas se pasaron a la nube para optimizar costes, la flexibilidad que ofrece puede ser un arma de doble filo. Aunque el atractivo de la nube es que sólo se paga por lo que se necesita, la otra cara de la moneda es que no existe un «techo de gasto», por lo que los costes pueden descontrolarse fácilmente. Para solucionar esto, una mejor higiene de los datos puede ayudar, pero para los datos que sí se necesitan, es importante elegir la plataforma adecuada para la carga de trabajo. Esto puede implicar una nueva plataforma o una nueva arquitectura para optimizar los costes. Aquí es donde entran en juego la gobernanza y la higiene de los datos: antes de moverlos o mejorar procesos, hay que saber exactamente qué datos se tienen y dónde.
¿Qué datos podemos trasladar?
Una vez que se ha determinado qué datos hay que trasladar, ya sea a otro entorno, servidor o nivel de almacenamiento, la siguiente pregunta difícil de responder sería qué datos se pueden trasladar. Desgraciadamente, muchas organizaciones se enfrentan a este problema. La portabilidad de los datos es crucial para poder moverlos cuando sea necesario y, sencillamente, para mantener la higiene de los datos a largo plazo. Pero hay varios factores que pueden dificultar el traslado o la transferencia de cargas de trabajo de un lugar a otro.
El primero es la «deuda técnica», es decir, el trabajo y el mantenimiento necesario para actualizar aplicaciones antiguas o creadas desde cero y que sean transferibles y compatibles con otros entornos. La causa de estos problemas pueden ser la toma de atajos, cometer errores o simplemente no seguir con los procedimientos estándar durante el desarrollo del software. Pero dejarlo sin arreglar imposibilita la optimización de los entornos y puede causar problemas adicionales en aspectos como las copias de seguridad y la recuperación.
El otro problema, quizá más infame, que puede afectar a la portabilidad de los datos es el bloqueo de la nube. A estas alturas, las empresas pueden verse atrapadas fácilmente en el uso de fabricantes de nube específicos. Esto puede deberse a dependencias como integraciones con servicios y API que no pueden replicarse en otro lugar, la enorme «gravedad de datos» que puede tener en una sola nube, y una simple brecha de información significa que los equipos saben cómo utilizar su nube actual, pero carecen de la experiencia para trabajar con un fabricante diferente.
Por supuesto, esto sólo afectará al traslado de cargas de trabajo fuera de la nube, por lo que aún es posible crear una mejor portabilidad para ofrecer mejores opciones de almacenamiento y promover una mejor higiene de los datos. Básicamente, en la medida de lo posible, las empresas deben crear cierta estandarización en todos sus entornos, haciendo que los datos sean más uniformes y portátiles, y asignándolos y categorizándolos para saber qué tienen y para qué sirven.
La (constante) cuestión de la seguridad
Por último, a la hora de crear y aprovechar la portabilidad de datos, es fundamental no descuidar la seguridad. Por supuesto, la mejora de la seguridad puede (y debe) ser un motivo para trasladar las cargas de trabajo en primer lugar, pero si se están migrando cargas de trabajo para optimizar costes, esto debe equilibrarse con las consideraciones de seguridad necesarias. La seguridad debe formar parte del proceso de higiene de datos, por lo que los equipos deben preguntarse: ¿qué tenemos?». ¿qué cosas no necesitamos? y ¿cuáles son las cargas de trabajo críticas que no podemos permitirnos perder en absoluto?. Más allá de esto, hay que seguir parcheando los servidores y, al trasladar los datos a un almacenamiento más frío, etc., eliminar el acceso a Internet cuando no sea necesario.
Disponer de procesos de copia de seguridad y recuperación también es clave cuando se trasladan cargas de trabajo. Para cerrar el círculo, la fácil portabilidad de los datos también es importante para la recuperación en caso de desastre. En un caso crítico como el ransomware, el entorno original, ya sea un servidor en la nube o local, no suele estar disponible para recuperar las cargas de trabajo dañadas (a través de una copia de seguridad), ya que suele estar acordonado como la escena de un crimen, y el entorno aún puede estar en peligro. Para recuperarse rápidamente y evitar costosos tiempos de inactividad, a veces es necesario recuperar las cargas de trabajo en un nuevo entorno temporal, como una nube diferente, por ejemplo.
A medida que las organizaciones se esfuerzan por gestionar sus entornos informáticos y evitan sorpresas financieras y de ciberseguridad, es importante evaluar constantemente qué datos y aplicaciones se tienen y dónde se guardan. Pero para gestionar esto y ajustarse según sea necesario, las empresas deben seguir construyendo pensando en la portabilidad. De este modo, las empresas pueden crear un entorno en la nube más ágil y rentable, y les resultará más fácil recuperarse de desastres como el ransomware.
Firmado: Rick Vanover, director senior de estrategia de producto de Veeam
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