Unity da marcha atrás: no cobrará por cada descarga de juegos creados con la plataforma

Después de haber enfadado a prácticamente toda la comunidad de desarrolladores de videojuegos, desde los creadores independientes hasta los grandes estudios, en Unity han decidido dar marcha atrás, como aseguraron que harían hace unos días, y no poner en marcha los cambios que habían anunciado para su política de precios a partir de enero de 2024.

La compañía pretendía cobrar una cantidad por cada instalación de los juegos desarrollados con Unity a partir de dicha fecha. En concreto, 0,20 dólares por cada instalación. Tanto para los nuevos como para los que se pusieran a la venta antes o los que ya estén disponibles. No importaba si solo pagaban una vez por el juego y lo instalaban varias veces. Un cambio que afectaba sobre todo a los pequeños desarrolladores, y que iba a suponerles un sablazo inasumible en muchos casos.

En función del plan que los desarrolladores tuviesen contratado, el cobro empezaba a partir de los 200.000 dólares de ingresos, y en una instalación mínima de 200.000 unidades. A partir de esa cantidad cobraría a los desarrolladores 0,20 por instalación, incluso aunque se trata de de reinstalaciones de juegos ya adquiridos previamente que se reinstalaban tiempo después del borrado. Además, Unity seguiría únicamente su propio criterio sobre las instalaciones realizadas de cada juego.

Ante la controversia generada, con protestas generalizadas y desarrolladores y estudios anunciando que en el futuro iban a desarrollar con sus títulos en otras plataformas, o incluso que iban a retirar juegos a partir del año que viene, en Unity no han tenido más remedio que cambiar su decisión.

En cualquier caso, el Presidente de Unity Create, Mark Whitten, publicó a finales de la semana pasada una carta abierta a la comunidad gamer para disculparse por lo sucedido. En ella, entre otras cosas, la compañía reconocía que «debería haber hablado con más de vosotros, y deberíamos haber tenido en cuenta más vuestro feedback antes de anunciar nuestra nueva política«.

En la comunicación también se ofrecían detalles de los cambios a la política de precios, y sobre cómo funcionará esta desde el año que viene. Para empezar, Unity ya no cobrará por cada instalación de un videojuego a los juegos existentes. Tampoco cobrarán una cuota por instalación de los títulos a los desarrolladores que estén suscritos a sus planes Unity Personal o Plus.

Aparte de esto, «para los juegos que estén sujetos a la cuota de ejecución, daremos la opción de cobrar el 2,5% de los ingresos o la cantidad calculada sobre el número de usuarios nuevos que interactúa con el juego cada mes«. Para calcular ambas cantidades se toma en cuenta los datos que obran en poder de los propios desarrolladores.

Además, Whitten asegura que a los desarrolladores «se cobrará siempre la cantidad menor» de las dos. En cualquier caso, se cobrará únicamente a los juegos que sobrepasen el millón de dólares en ingresos, en vez de hacerlo con los que superen los 200.000 dólares.

Ahora solo queda ver si este cambio con respecto a las políticas de cobro de Unity a partir del próximo 1 de enero calman a la comunidad de desarrolladores de videojuegos. Pero a juzgar por las protestas y por los anuncios de migraciones a otras plataformas, entre ellas a Godot, parece que han dañado la reputación de Unity de manera irreversible. Será bastante complicado que los desarrolladores vuelvan a confiar en la plataforma Unity para dar vida a sus creaciones, porque tal como ha podido pasar, pueden verse envueltos en un cambio de políticas unilateral en el que salgan perdiendo.