Cómo usan las ciudades los dispositivos de IoT para mejorar en infraestructura y servicios

En los últimos meses escuchamos hablar cada vez más de las ciudades inteligentes, caracterizadas a grandes rasgos por utilizar la tecnología, y concretamente los dispositivos de IoT, para mejorar sus infraestructuras y los servicios que prestan a sus ciudadanos. Por tanto, por hacer que la vida en ellas sea más cómoda y agradable para todos.

Con estos sistemas, las ciudades consiguen información de distintos servicios e infraestructuras para mejorar la toma de decisiones sobre su funcionamiento. Entre los servicios y elementos en los que puede incidir para mejor el IoT en una ciudad está la gestión del tráfico, los sistemas de iluminación, la recogida y gestión de residuos, la seguridad y la vigilancia de la calidad del aire y otros elementos, como veremos a continuación.

Qué es el IoT y cómo se utiliza en las ciudades inteligentes

La expresión IoT es una abreviatura de Internet de las Cosas, y se emplea para describir a una red de dispositivos que se comunican entre sí compartiendo y pasando información de unos a otros. Entre los dispositivos de IoT hay sensores inteligentes, equipos de monitorización, herramientas de software y actuadores. Todos, en conjunto, permiten recoger y transmitir datos a través de una red local o de Internet, con o sin cables, y sin que, una vez montado el sistema, los humanos tengan que intervenir para conseguirlo.

Instalados en una ciudad, los sistemas de Internet de las Cosas son capaces de informar sobre ciertos aspectos de su infraestructura y sus actividades cotidianas. Así, sus responsables pueden valorar qué hacer y gestionar el funcionamiento de ciertos servicios. Por ejemplo, la instalación de sensores con IA repartidos por la ciudad permite recoger datos sobre el clima en tiempo real, y utilizarlos para la administración de la temperatura de los edificios públicos de la ciudad, ajustando sus termostatos.

El IoT en el transporte y circulación

Al integrar sensores en distintos puntos y sistemas de una ciudad, se consigue información valiosa para la toma de decisiones. Dos de las áreas en las que permite conseguir mejoras más relevantes son el transporte y la gestión de la circulación.

Al integrar sensores en los sistemas de transporte de una ciudad, sus responsables consiguen información valiosa sobre su estado y circulación. Pero también más datos sobre el entorno por el que se mueven. Así se puede, por ejemplo, conocer los patrones del tráfico en ciertas zonas. De esta manera, las autoridades que se encargan de la gestión del tráfico pueden optimizar su flujo y reducir la congestión en los puntos y tramos horarios más tendentes a los atascos.

Los sensores de IoT pueden utilizarse también para facilitar el aparcamiento, colocándolos en plazas de parking, y haciendo que emitan una señal cuando quedan vacías. Esta señal se envía a un sistema encargado de informar a los conductores de dónde tienen espacio para poder aparcar. Para optimizar el sistema, se pueden emplear también cámaras que revisen que, efectivamente, una plaza de aparcamiento está vacía u ocupada.

Los sistemas de IoT también permiten la instalación de señales de tráfico inteligentes, que se pueden adaptar al estado y condiciones del tráfico en cada momento, y mejorar con ello la eficiencia de la circulación y del transporte. Como resultado, habrá menos atascos y los trayectos en ciudad serán más ágiles y rápidos.

Internet de las Cosas en la gestión de la energía y los residuos

La integración de IoT en los sistemas de gestión de energía y residuos en las ciudades inteligentes tiene como resultado unas ciudades más eficientes en cuanto a consumo de energía, y mayor limpieza en sus calles e instalaciones.

Los sensores, como hemos mencionado, se pueden integrar en todo tipo de espacios públicos, infraestructura y edificios. Se pueden preparar para la recepción y envío de datos relacionados con el consumo de energía que se hace en ellos, lo que permite identificar dónde hay un gasto excesivo de, por ejemplo, luz.

Como resultado, se pueden implementar medidas de ahorro de energía en iluminación no solo en la vía pública, sino también en los edificios en los que el ayuntamiento y los distintos organismos municipales tengan competencia. Otra de las consecuencias de la mejora en cuanto a consumo de energía es la reducción de las emisiones de carbono, y por tanto, un aumento del nivel de sostenibilidad.

En cuanto a la gestión de los residuos, puede mejorar notablemente solo con la instalación de sensores en los contenedores destinados a ellos. Su misión será, sencillamente, monitorizar el nivel de llevado que tienen, y emitir un aviso cuando estén llenos. De esta manera, la entidad encargada de la gestión de los residuos puede optimizar la ruta y el horario de recogida de basuras, evitando que se desborde y se ensucie la vía pública.

Mejoras en la calidad del aire y la seguridad

Hay otros aspectos de la vida en una ciudad inteligente, quizá menos tangibles, que pueden mejorar gracias a IoT. Entre ellos, dos tan dispares como la calidad del aire y la seguridad pública. En ambos casos, con sensores dispuestos en exteriores. Los primeros estarán preparados para medir diversas variables del ambiente: humedad, temperatura, partículas en suspensión o presencia de elementos contaminantes.

Los datos recogidos pueden servir para diversos fines. Por ejemplo, para emitir avisos sobre meteorología cuando se detecta una temperatura exterior demasiado baja o alta. O si los niveles de humedad y lluvia son más altos de lo deseado.

También se pueden utilizar para avisar a la población de concentraciones de contaminantes peligrosas para la salud. Incluso, si los sensores se utilizan para medir el nivel de polen de ciertas zonas en épocas de floración, para avisar a los alérgicos de los niveles de polen de ciertas especies que pueden provocarles molestias.

Para que el IoT tenga incidencia en la mejora de la seguridad pública no sirve, eso sí, con utilizar sensores. En este caso es necesario emplear cámaras de videovigilancia inteligentes, además de en zonas privadas de la administración municipal, en determinadas áreas públicas, perfectamente delimitadas. De esta manera, si hay cualquier problema en su zona de acción, se podrá actuar con rapidez para solucionarlo.

Como se puede apreciar, integrar sensores y dispositivos de IoT en distintos puntos de la infraestructura de ciudades inteligentes permite aumentar el nivel tecnológico de la ciudad. Además, a medida que la tecnología siga evolucionando, los beneficios que pueden aportar a la ciudadanía y a los gestores de los distintos servicios irán en aumento. Como resultado, mejorará el nivel de bienestar de quienes vivan en estas ciudades, con muchas posibilidades para que participen más en la toma de decisiones relacionadas con la ciudad. Además, contarán con mejores servicios, un nivel de respuesta ante incidencias más ágil y un avance paulatino hacia la personalización de servicios.

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• Qué: Webinar: “IoT y 5G: seguridad y agilidad en el edge” 
• Participantes: Francisco Rivero (Regional Sales Manager Iberia Cradlepoint), Daniel Morros (Sales Engineer Cradlepoint), Rodolfo de Juana (Coordinador Editorial MCPRO)
• Fecha: 14 de noviembre
• Horario 11.00 – 12.00