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El poder de influencia de la IA sobre la ciberseguridad en 5 factores clave
Tanto la IA como el machine learning están transformando el entorno profesional y, especialmente, la ciberseguridad. De tal modo, que las próximas generaciones de defensa de los sistemas informáticos se centrarán, en gran medida, en la robótica para mitigar los riesgos. Pese a que la IA puede ser empleada para mejorar la eficacia de los sistemas de seguridad existentes, también puede ser utilizada por los hackers para acometer acciones invasivas y altamente dañinas.
Hoy en día, los sistemas de detección de intrusiones son mejorados con algoritmos de IA, capaces de detectar patrones de actividad peligrosos en la red. La irrupción de la IA Generativa y su democratización gracias a ChatGPT, ha provocado que la seguridad se ponga en jaque y que sea necesario imponer medidas efectivas para paliar sus efectos.
Diferentes estudios demuestran que los costos de la ciberdelincuencia aumentarán en todo el mundo, alcanzando los 13,82 billones de dólares de media en 2028. Un dato revelador si se tiene en cuenta que hoy en día se sitúa en los 8,15 billones de dólares.
La IA se ha convertido en un arma de doble filo para el sector de la ciberseguridad: los defensores se sirven de sus capacidades para reforzar sus sistemas, mientras que los atacantes la emplean para mejorar y aumentar sus tácticas nocivas. Dicho esto, resulta interesante analizar los cinco factores clave en los que incide la IA.
Plataformas de ataque especializadas
Gracias al empleo de la IA, los hackers se están sirviendo de ella para emitir correos electrónicos de phishing, grabaciones de voz, clonación de imágenes y deepfakes convincentes empelados en actividades fraudulentas. Esto provoca que se llegue a imitar el comportamiento humano y a memorizar ataques anteriores, volviéndose más imperceptibles.
Una herramienta de IA, WormGPT, disponible en la darkweb, es capaz de producir campañas de ciberataques valiéndose de un software malicioso a partir de pocos recursos y de la experiencia previa. De este modo, se están potenciando ataques a gran escala, creándose brechas de seguridad sin precedentes.
Refuerzo de la ciberseguridad
Los ciberdelincuentes siguen empleando la IA para perfeccionar sus ataques, volviéndolos más sofisticados e imperceptibles. De ahí que las organizaciones se vean obligadas a incorporar tecnologías de IA (algoritmos de aprendizaje automático, procesamiento de lenguaje natural y otras herramientas de IA) en sus estrategias junto a las tecnologías tradicionales (antivirus, detección de intrusiones y gestión de identidades).
A partir de ahora, las empresas cuentan con más datos a su disposición sobre los entornos de seguridad, de tal manera que pueden entrenar los modelos de IA para identificar rápidamente y con gran precisión las amenazas potenciales. No obstante, se precisa de una actualización proactiva para evitar el uso malicioso de la IA y poder así analizar grandes cantidades de datos.
Gracias a la IA, se puede analizar el tráfico de red para detectar comportamientos que fuesen anómalos y recomendar soluciones para mitigarlas.
Automatización del SOC
Otra tendencia, gracias a la IA, es que las tareas rutinarias se automaticen, permitiendo detectar actividades sospechosas en servidores, dispositivos de red, computadoras, teléfonos y tablets, así como de IoT. La precisión, agilidad y eficiencia es superior a la de los seres humanos.
Además, otro factor clave será que gracias a la IA se podrán solventar los problemas de escasez de talento en materia de ciberseguridad.
Destrucción de los silos de seguridad
La IA llega para aunar todas las metodologías en una única estrategia de defensa. De este modo, se combinarán numerosos conjuntos de datos de muchas fuentes para proporcionar una visión unificada de seguridad. Llama la atención que la IA Generativa puede realizar todas esas tareas de forma 100% automatizada.
Transformación del almacenamiento y el consumo de datos
Gracias a la irrupción de la IA Generativa, se transformará el método de trabajo con los datos. Ahora, los datos no tendrán que consolidarse y organizarse de forma convencional, ya que los sistemas automatizados se encargarán de recopilar, recuperar y contextualizar los datos.
De igual modo, la IA establecerá un impacto más profundo en la infraestructura y transformarán los modelos previos de computación en la nube y técnicas de ciberseguridad en base a los desafíos contemporáneos. Hay que tener en cuenta que la IA se puede utilizar, a su vez, para supervisar y proteger las aplicaciones y datos en la nube.
Como ha quedado demostrado, la IA se convierte en un aliado esencial para mejorar la seguridad cibernética, detectando y previendo ataques antes de que sucediesen, permitiendo así que las empresas y particulares pudiesen proteger sus sistemas de los ciberdelincuentes y analizar rigurosamente el comportamiento de los usuarios.
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