A Fondo
Día Internacional del Centro de Datos: del mainframe al espacio
Hoy, 20 de marzo, se celebra el Día Internacional del Centro de Datos. Un día en el que los principales actores de esta industria quieren mostrar cómo los CPD se han convertido en el corazón de la nueva economía digital y en muchos casos, abren sus puertas para que todos los interesados puedan descubrir qué son los centros de datos, por qué son tan importantes para nuestro mundo conectado y la amplia gama de oportunidades laborales que genera esta industria.
Una historia compartida
Esta celebración también sirve para poner en valor una historia compartida: una que arranca en los años 40, con grandes computadoras diseñadas para aplicaciones militares y que ocupaban salas enteras, hasta la introducción del mainframe en los años 60 (y su popularización en la década de los ´70) y su transformación con el advenimiento de la informática personal en los años 80. En esta década, en lugar de albergar una sola gran computadora, los centros de datos comenzaron a albergar una variedad de sistemas más pequeños y diversos, incluidos servidores, almacenamiento de datos y equipos de red. Esto condujo a una mayor necesidad de eficiencia en la gestión de recursos y espacio, así como una mayor atención a la seguridad y la redundancia para garantizar la disponibilidad continua de los sistemas críticos.
Durante la década de los 90, con la explosión de Internet, los CPD adquirieron un papel de aún más protagonismo, convirtiéndose en actores clave para almacenar y procesar el ya creciente número de datos generado por los usuarios y las empresas conectados a la red. La virtualización emergió como una tecnología clave en la década de 2000, permitiendo a las empresas consolidar sus servidores y optimizar el uso de recursos, lo que condujo a una mayor eficiencia y flexibilidad en la gestión de datos. Además, el cloud computing revolucionó la forma en que las empresas consumían recursos informáticos al proporcionar acceso bajo demanda a recursos de computación, almacenamiento y redes.
En los últimos años, el crecimiento exponencial de información generada por dispositivos conectados, el internet de las cosas (IoT), la inteligencia artificial (IA) y el análisis de Big Data ha llevado a una evolución continua en el diseño y la gestión de estas instalaciones, que además comienzan a incorporar tecnologías como un edge computing que permite procesar datos más cerca del sitio en que se generan, la refrigeración líquida para contener el consumo energético o la IA para optimizar el procesamiento de las cargas de trabajo.
El futuro del CPD
No resulta descabellado afirmar que el futuro del CPD pasa necesariamente por su sostenibilidad. Dada la proliferación de estas instalaciones en todo el mundo, cada vez son más las empresas que aspiran ser capaces de establecer políticas y medidas y políticas efectivas que les permitan reducir su consumo energético y más aún, su impacto ambiental. En este sentido, la reutilización del calor residual y la adopción de medidas como el Energy Reuse Effectiveness (ERE) y el Power Usage Effectiveness (PUE) se han convertido en fundamentales para reducir la huella de carbono de unos centros que ya representan el 2% del consumo energético anual.
Proyectos como el que en estos momentos está desarrollando la Universidad París-Saclay junto con el operador de centros de datos Data4 van aún más allá y aspiran a establecer el primer centro de datos biocircular. Los más atrevidos, están llevando a los CPD a conquistar nuevas fronteras, como puede ser el fondo marino o, incluso, el espacio exterior.
Además, cada vez son más las voces que afirman que estos centros no solo deben ser desde el punto de vista energético, sino que también deben aportar valor a las comunidades locales, generando empleo, educación y bienestar. Estamos viendo en este sentido, como algunas instalaciones ya están comenzando a utilizar el calor que generan, para alimentar los sistemas de calefacción de las zonas residenciales en las zonas que se instalan, o cómo muchos comienzan a constituirse como focos de desarrollo de talento o vocaciones STEM.
Finalmente merece la pena destacar que la aplicación de los distintos reglamentos de protección de datos, o el desarrollo del concepto de «soberanía digital» está llevando a que administraciones públicas y empresas demanden un desarrollo más intenso del centro de datos en suelo europeo, de modo que pueda garantizarse no solo una mayor disponibilidad, sino sobre todo un control efectivo sobre sus datos, sin que se vean afectados por posibles regulaciones aprobadas en terceros países.
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