Conecta con nosotros

Noticias

Herramientas open source que cambian su licencia a una comercial: un problema para las empresas

Publicado el

Herramientas open source que cambian su licencia a una comercial: un problema para las empresas

En los últimos años, varias herramientas open source de uso muy extendido en el mundo de la empresa han cambiado su licencia a una comercial, causando no pocos problemas y quebraderos de cabeza para las empresas que las utilizaban, llevándolas a tener que buscar otras utilidades con las mismas o parecidas funciones que siguieran siendo open source y con las que cumpliesen la normativa vigente.

Aunque no lo parezca, alrededor del 90% de organizaciones en todo el mundo utilizan algún tipo de software open source, y si las empresas que las usan tuvieran que desarrollarlas todas de cero, el gasto total en hacerlo llegaría a los 9 billones de dólares. Por tanto, el software open source tiene una importancia destacada en la economía global.

A pesar de eso, hay bastantes de este tipo de herramientas que han cambiado su licencia en los últimos años, con casos tan sonados como el de Terraform de Hashicorp, que lo hizo antes de ser comprada por IBM. O el de Docker, que cambió entre 2021 y 2022.

Los motivos del cambio de licencia: económicos y/o de protección de la propiedad intelectual

En la mayoría de casos, este cambio ocasiona un gran contratiempo a las empresas que las utilizan, pero también a la comunidad de desarrolladores y usuarios que contribuyeron a su crecimiento. Estos ven que después de años contribuyendo a su desarrollo, y expandiendo su base de usuarios, las empresas que están detrás de ellas cogen el resultado final y lo monetizan, dejando fuera a la comunidad.

Lejos de ser casos aislados, el paso de licencia open source a comercial en herramientas software de amplio uso en el mundo de la empresa ya está siendo identificado como tendencia por consultoras como Toughtworks. Sus expertos apuntan que en parte se debe a una preocupación mayor por las finanzas, y que las empresas que utilicen open source deben hacerlo siendo conscientes de que esto puede pasar, y de las alternativas con las que cuentan en ese caso.

Según Thoughtworks, la tendencia lleva ya cocinándose desde hace varios años. Aunque el sector tiene un conjunto de principios comunes y varias modalidades de licencias open source controladas por la Iniciativa Open Source, hay una tendencia en crecimiento a distanciarse de este paradigma.

Por un lado están las empresas que cambian los términos de sus licencias open source de forma repentina, tras crear una comunidad de desarrolladores y crear una base de usuarios nutrida, que han integrado sus herramientas en los flujos de trabajo de sus empresas utilizando su licencia open source. En estos casos, el cambio suele deberse a motivos económicos. Y en general, también a la protección de la propiedad intelectual de las empresas que hay detrás de las herramientas.

El cambio suele ser polémico. En general, las empresas tienen claro que es necesario pagar por las herramientas, y no tienen problemas si se establece un modelo de licencia comercial para funciones adicionales a las básicas del software. Pero sí es un problema cuando las funciones principales de una herramienta de uso ampliamente extendido pasan a estar detrás de un muro de pago de repente. Especialmente cuando se ha desarrollado un ecosistema alrededor de la herramienta que cambia de licencia. Es aquí donde empiezan los problemas, y los enfados.

Por otro lado, se ha difuminado el concepto de open source en los últimos años, ya que según Thoughtworks hay herramientas que aseguran tener dicha licencia, pero varias de sus funciones más destacadas solo son accesibles si los consumidores pagan suscripciones u otro tipo de cargos. En otros casos, un proyecto open source puede que solo se distribuya el código y no las compilaciones, aumentando la dificultad para las empresas que lo usan en local. Esto sucede, por ejemplo, con varios modelos grandes de lenguaje, como Llama 3, que aseguran ser open source, pero no cumplen con los principios de este tipo de licencias.

Los cambios en Docker y Terraform

En el caso de Docker, se trata de un software utilizado por los desarrolladores para automatizar el despliegue de aplicaciones dentro de contenedores. Se ha convertido en una base para la distribución de aplicaciones y es muy importante para la entrega de software. La mayoría de desarrolladores lo usan a diario y cuenta con una versión, Docker Desktop, que permite a los desarrolladores ejecutar Docker de manera local en una máquina para hacer pruebas.

En 2021, Docker cambió su licencia, una modificación que entró en vigor en 2022. Ahora, sigue siendo gratis para empresas de menos de 250 empleados y con menos de 10 millones de dólares en ingresos. El resto tienen que contratar planes Pro, Teams o Business para poder utilizarlo.

Terraform es una de las soluciones de infraestructura como código más populares para el aprovisionamiento y gestión de infraestructura en la nube. Estaba desarrollada bajo Mozilla Public Licence 2.9, pero cambió de pronto a una licencia comercial, lo que causó un gran enfado entre su amplia base de usuarios de empresa.

La empresa justificó su decisión como una manera de proteger sus intereses de la competencia, que utilizaba Terraform para competir con Hashicorp. Pero la comunidad open source no quedó satisfecha y pronto surgió un movimiento que creó OpenTofu, un proyecto iniciado por la comunidad para crear un fork de Terraform y mantenerlo como herramienta open source, que poco a poco va creciendo en número de desarrolladores y usuarios.

Los riesgos que corren las empresas cuando cambian las licencias open source

Cuando cambian las licencias de proyectos de software open source muy extendidos a un modelo más comercial, empiezan los problemas para los usuarios de empresa. Para seguir cumpliendo la licencia, las empresas tienen que asegurarse de que el software desaparece de los dispositivos particulares, o se arriesgan a tener que pagar cuotas de licencia o de que les pillen en una auditoria. Incluso si mantienen el software en ellos sin darse cuenta.

Las empresas ya pasan mucho tiempo, e invierten mucho dinero, en auditorías para asegurarse de que el software que usan sus empleados cumple las licencias. Los cambios bruscos en ellas puede dificultar estos procesos, sobre todo si lo hacen herramientas de las que tienen una dependencia elevada.

Por eso, es aconsejable que antes de adoptar una herramienta open source, las empresas tomen precauciones. Para empezar, tienen que comprobar cuidadosamente los términos de su licencia. También es necesario prestar atención a los detalles, y asegurarse de que todos los archivos que estén en un repositorio tienen la misma licencia que los principales del programa.

Otro factor a tener en cuenta es si el software open source está ejecutándose en un ordenador en local o envía datos a la nube. Las empresas deberían saber cómo se tratan los datos en caso de. que sea un servicio online y el tipo de protecciones que hay frente a su redistribución. En algunos casos, si las empresas no tienen cuidado, puede haber riesgo de filtraciones.

Por último, cuando una herramienta open source cambia los términos de su licencia y los usuarios se ven obligados a pagar, siempre hay competidores con ofertas esperando a que sus usuarios busquen alternativas. Incluso puede que surjan otros proyectos open source con buena proyección, como ha sucedido con Terraform.

Lo más leído