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Cómo instalar turbinas eólicas en los centros de datos puede ayudar a combatir el cambio climático
El cambio climático está llevando a investigadores de todo el mundo a estudiar cómo se puede ser más eficiente a la hora de extraer el máximo potencial de las energías limpias, eliminando si es posible el consumo de combustibles fósiles y tal vez acabando, en un futuro, con las emisiones de CO2.
Y en este contexto, la energía eólica sigue siendo, pese a la complejidad que supone la instalación de grandes turbinas, una de las que ofrecen una mejor relación entre coste y beneficio.
Por este motivo resultan tan interesantes estudios como el que acaban de publicar en Scientific Reports los investigadores de la UNED y la empresa colombiana Grupo ZFB, Isabel Gil-García, Ana Fernández-Guillamón, y Álvaro Montes-Torres, sobre las posibilidades que ofrecen los centros de datos a la hora de alimentar pequeñas turbinas eólicas y reducir la emisión de CO2.
Mientras que la energía eólica tradicional aprovecha el viento natural impulsado por variaciones atmosféricas, lo que proponen estos investigadores es emplear un «recurso eólico no convencional» generado por actividades humanas. Específicamente, su investigación analiza la posibilidad de utilizar los flujos de aire producidos por sistemas de calefacción, ventilación y aire acondicionado (HVAC) de los CPD para generar energía eléctrica limpia mediante estas turbinas.
Para demostrar la viabilidad de esta fuente de energía, los investigadores seleccionaron un centro de datos situado en Colombia, cuya refrigeración estaba compuesta por tres chillers, en los que se integraban ocho ventiladores operando a 480 voltios y 900 rpm en cada uno de ellos.
A continuación, debido a su diseño compacto y ligero, se instalaron seis turbinas eólicas verticales Tesup V7 sobre los propios ventiladores, de modo que pudiese aprovecharse el viento desperdiciado por estos. Tras un experimento que se ha desarrollado durante un año, los resultados son prometedores: las turbinas han conseguido generar 513.82 MWh que considerando la energía utilizada por los propios ventiladores, supone una reducción neta de 467.6 MWh , evitando la emisión de 300 toneladas métricas de CO2.
Lo más interesante sin embargo, es que si hay una colaboración entre administraciones y tejido empresarial, este tipo de proyectos de recuperación energética no sólo son aplicables a los centros de datos, sino que podría tener sentido en otros sectores, como la industria manufacturera, en grandes hospitales, centros comerciales, aeropuertos, etc.
Pero otro lado, también es necesario destacar que no todo son buenas noticias. Porque aunque las mini-turbinas son generalmente más baratas que las grandes turbinas eólicas, el costo inicial de instalación, infraestructura y mantenimiento puede ser alto, especialmente si se requiere modificar los sistemas HVAC existentes o reforzar estructuras para soportarlas y, en muchos casos, el ROI puede ser largo, desincentivando a las empresas a implementar esta solución si los beneficios no son claros en un plazo razonable.
En todo caso, este tipo de proyectos apuntan a un futuro en el que tal vez los CPD dejen de contarse entre los grandes emisores de gases de efecto invernadero, avanzando hacia sus sostenibilidad energética.
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