Siete tecnologías que tu empresa debería adoptar en 2025 (4): Ciberseguridad adaptativa y cognitiva

La inteligencia artificial está cambiando las reglas, también en el terreno de la seguridad informática. Por un lado, los ciberdelincuentes tienen un arma poderosa para atacar de forma automatizada sistemas críticos, poniendo más presión sobre los CISOs y sus equipos. Pero por el otro, las soluciones de seguridad son cada vez sofisticadas y se aprovechan precisamente de la IA para dar una respuesta más eficaz ante cualquier amenaza.

Retomamos de esta forma nuestro especial de siete tecnologías clave que consideramos que las empresas deberían incorporar a sus procesos de digitalización en 2025. Y lo hacemos hablando de dos formas de protegerse muy relacionadas entre sí, pero que presentan algunas diferencias: la ciberseguridad adaptativa y la cibserseguridad cognitiva. Pero antes de entrar en materia, os invitamos a repasar las otras tres tecnologías de las que ya hemos dado cuenta a lo largo de este serial: Desktop as a Service, Wi-Fi 7, gestión de accesos e identidades.

«Ciberseguridad adaptativa» y «Ciberseguridad cognitiva», representan enfoques avanzados de protección de sistemas que se basan en la capacidad de adaptación y el uso de técnicas de IA para anticipar, identificar y dar respuesta a las amenazas cibernéticas de forma eficiente.

Algunas de las características más destacan de la ciberseguridad adaptativa son su capacidad para evaluar constantemente el entorno y la actividad dentro de la red en busca de anomalías o comportamientos sospechosos; el poder procesar y analizar datos en tiempo real para poder identificar amenazas de forma inmediata; o el implementar medidas de seguridad que pueden activarse automáticamente para mitigar riesgos y contener ataques en sus primeras etapas.

Además esa aproximación inteligente a la seguridad facilita el adaptar y mejorar continuamente políticas y procedimientos, basándose en ataques previos y aprendiendo constantemente de las técnicas empleadas por los cibercriminales.

A este enfoque, la ciberseguridad cognitiva le añade nuevas capacidades de IA, que permiten analizar grandes volúmenes de datos; emplear algoritmos de detección que aprenden y mejoran con el tiempo; o incluso analizar el lenguaje natural de comunicaciones y textos para identificar posibles riesgos, como pueden ser los correos electrónicos de phishing.

Aunque parten de aproximaciones similares, mientras que la ciberseguridad adaptativa se centra en la capacidad de respuesta dinámica y automática a las amenazas, la ciberseguridad cognitiva utiliza la IA para comprender, prever y responder a las amenazas de manera más inteligente y sofisticada. Ambas se complementan y, en muchos casos, se utilizan juntas para crear un sistema de seguridad integral y robusto.

Encontramos gran parte de estas capacidades en sistemas EDR, NDR o XDR, pero también en plataformas de inteligencia de amenazas, sistemas de respuesta y orquestación automatizada de seguridad (SOAR) o en firewalls de nueva generación (NGFW).

Para 2025, se espera que la ciberseguridad adaptativa y cognitiva se convierta en una parte integral de las estrategias de seguridad de las organizaciones, impulsada por la creciente complejidad de las amenazas, la expansión del IoT y la nube, y la necesidad de respuestas rápidas y precisas a los incidentes de seguridad. Para conocer con detalle esta y las otras seis tecnologías que impulsan la transformación digital de tu empresa en 2025, te recomendamos que no te pierdas nuestra guía especial «Orbital Vision».