Telegram y la política iraní

Según las autoridades iraníes, Telegram ha jugado un papel fundamental en las protestas contra el gobierno y contra el Ayatollah Khamenei, ya que parece que se ha utilizado para organizar manifestaciones contrarias a las revueltas.

Así, este sábado, el Ministro de Telecomunicaciones de Irán, Mohammad-Javad Azari Jahromi, escribió por Twitter al CEO de Telegram, Pavel Durov, para alertarle de que se estaba utilizando un canal de Telegram para fomentar conductas de odio y utilizar cócteles molotov, pidiéndole que tomase medidas y parase esta actividad. Al parecer, también se empleaba para llamar a la lucha armada. Y pocas horas después, Durov, que se encuentra en la actualidad en Dubai tras marcharse de Rusia en 2014, respondió a este mensaje indicando que se iba a tomar la petición del gobierno con seriedad. «Las llamadas a la violencia están prohibidas por las reglas de Telegram. Si se confirma, tendremos que bloquear dicho canal, sin importar el tamaño que tenga ni su orientación política».

Al parecer, poco después, Durov confirmó la existencia de dicho canal, denominado amadnews, y anunció que Telegram lo iba a suspender. Según sus averiguaciones, en él se habría comenzado a dar instrucciones a sus suscriptores para utilizar cócteles molotov contra la policía, y se le suspendió basándose en la regla de «no llamada a la violencia» de la aplicación. El fundador de Telegram también recordó que hay líneas que no se deben cruzar.

Durov ha declarado al respecto en un post en su blog que publicó el pasado mes de octubre que «la línea está bastante clara. Criticar a las autoridades locales, desafiar el status quo e implicarse en debates políticos está bien. Pero promover la violencia y llamar a cometer actos que puedan dañar a gente inocente no lo está. Esta es una regla básica que siempre aplicamos cuando moderamos canales públicos».

La dirección de Telegram responde así a las peticiones de varios altos cargos del gobierno de Irán para controlar a sus usuarios en el país, mientras las manifestaciones de apoyo y rechazo al gobierno se extienden por todo el país. Además de Telegram, otras plataformas de redes sociales, como Facebook y Twitter, han tenido también que concretar qué tipos de discurso político se permiten en sus plataformas y cuáles violan sus normas.