Así son los primeros Intel Core con GPU AMD Vega

La competencia puede hacer extraños amigos de viaje y hace unas semanas os adelantamos que Intel y AMD trabajaban juntos en un nuevo procesador diseñado para ofrecer lo mejor de los dos mundos; hoy tenemos el primer fruto de la alianza, los nuevos Intel Core con GPU AMD Radeon RX Vega M integrada.

La nueva serie de microprocesadores combina CPUs Intel Core i5 e Intel Core i7 de hasta 4,2 GHz con una solución gráfica personalizada por AMD. Estas son las especificaciones más relevantes de este desarrollo:

• GPU Radeon RX Vega M personalizada.
• Hasta 4 GB de memoria HBM2 integrada.
• CPU Core de octava generación (Coffee Lake).
• Primera solución de Intel en utilizar FIB y memoria HBM2 integrada.
• Permiten overclock en CPU, GPU y memoria HBM2.
• Dos TDPs diferenciados por versiones: 65 vatios y 100 vatios.
• Bajo consumo y alta eficiencia.

Más allá del rendimiento, una de las ventajas más importantes de esta propuesta es el ahorro de espacio físico que ofrece la integración y que puede resultar clave en formatos como los ultraligeros, las tablets o los convertibles, donde cada centímetro cuadrado que sobre puede ser aprovechado para, por ejemplo, aumentar la capacidad de las baterías.

Según las especificaciones y los primeros resultados ofrecidos por el fabricante, los nuevos micros ofrecen unos resultados que pueden competir con soluciones dedicadas como las NVIDIA GTX 1060 y la Radeon RX560, en función del modelo elegido. En la práctica, esto supone una experiencia sobresaliente tanto con videojuegos como en escenarios multimedia de reproducción de vídeo en 4K.

Un producto diseñado para competir contra NVIDIA

Aunque los nuevos chips no ofrecen potencia suficiente para equipararse a equipos de gran potencia o portátiles gaming, si proponen una propuesta equilibrada que puede funcionar muy bien en soluciones como los ultraligeros, los convertibles o los miniPC.

Por el momento, no hay información oficial sobre fecha de lanzamiento ni precio (variable importante a la hora de valorar el impacto final de esta apuesta a nivel de mercado) pero todo apunta a que será ligeramente superior a de soluciones convencionales Intel con GPU propia integrada. Este sobrecoste junto a su rendimiento en escenario real serán las claves para saber cuánto tiene que preocuparse NVIDIA ante esta nueva alianza.

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