Se confirman las presiones del gobierno de EEUU en contra de Huawei

Aunque no entraba dentro de lo previsto, una de las noticias más destacadas del CES 2018 fue la abrupta finalización de las negociaciones que se estaban celebrando entre la operadora estadounidense AT&T y la tecnológica china Huawei. El objetivo de las mismas era que la teleco incluyera algunos de los terminales de la empresa oriental en el catálogo de smartphones que ofrece a sus clientes. Para entender el impacto de esta noticia, hay que recordar que, como recordaba al terminar su conferencia en la feria el CEO de la compañía, Richard Yu, hablamos de un mercado (el de Estados Unidos) en el que alrededor del 90% de los terminales son vendidos, directamente, por las operadoras. Dicho de otra manera, con este bloqueo, al que hay que añadir a Verizon (que está sometida a las mismas presiones), condenan a la tecnológica a una posición marginal en el mercado.

Y si todo apuntaba, hace una semana, a que las presiones gubernamentales estaban claramente relacionadas con el cambio de postura por parte de AT&T, hoy lo confirma la Agencia Reuters, que citando a dos fuentes anónimas que trabajan en el congreso, confirma la presiones realizadas por el ejecutivo norteamericano a la operadora, debido a los miedos de la administración Trump a supuestos riesgos de seguridad nacional a los que se enfrentaría el país, en caso de que se produjera una llegada masiva de terminales del fabricante chino. Las presiones, según las fuentes, han llegado al punto de que algunos legisladores estarían presionando a empresas norteamericanas, bajo la premisa de que si tienen vínculos con Huawei o China Mobile, esa relación podría obstaculizar su capacidad de hacer negocios con la administración federal de Estados Unidos.

No es la primera vez, desde la llegada de Donald Trump a la presidencia, que se plantean objeciones políticas al empleo de dispositivos y sistemas de telecomunicaciones de origen chino en Estados Unidos. Existe el temor de que estos puedan ser empleados para labores de espionaje, y de que Huawei colabore con el gobierno chino en este sentido. Por ejemplo, dado que los smartphones cuentan con sistema de posicionamiento, preocupa a la administración que los servicios de inteligencia chinos puedan vincular los teléfonos a sus usuarios y, de esta manera, saber sus posiciones en todo momento. Y el problema viene de aún más lejos, ya en 2012 Huawei y ZTE fueron investigadas por el gobierno de Estados Unidos, con el fin de comprobar si habían colaborado con el gobierno de su país en labores de espionaje. En declaraciones a Reuters, un portavoz de la compañía a afirmado que colabora con 45 de los principales operadores del mundo, y que la privacidad y seguridad de sus clientes es su principal prioridad. Unas declaraciones que, visto lo visto, no parecen tranquilizar al gobierno de Estados Unidos.