Opinión
Negocios: Inteligencia Artificial o Inteligencia Aumentada. ¿Cuál es mejor?
La inteligencia artificial no es “una grande y libre, sino cien, pequeñas y cabreadas”, parafraseando a Manuel Fraga Iribarne. Hay muchos tipos de inteligencia artificial, dejando de lado las versiones noveladas y las cinematográficas, a menudo, apocalípticas y con un final siempre negativo para el ser humano. En el contexto en que ahora escribimos, lo importante es que “tipos de inteligencias artificiales” son más útiles para los negocios, las empresas (pymes, microempresas, grandes empresas, autónomos) y el sector público.
Nunca me canso de repetir que la Inteligencia Artificial debe estar al servicio de las personas y no al revés. Y me acojo a la cita del presidente de Telefónica, José María Álvarez-Pallete, quien en la apertura de #MWC19 dijo que la digitalización y la inteligencia artificial debían estar sujetos a valores y principios éticos y morales. Telefónica, en su área de empresas, Telefónica Business Solutions, que dirige mundialmente José Cerdán Ibáñez, apuesta por la Inteligencia Cognitiva en B2B, en lo que Chema Alonso (Chief Data Officer de Telefónica) aludiría a la “cuarta plataforma”. Telefónica, en ese sentido, derivaría en una de las tipologías de IA que nos interesan: la Aumentada, aunque en el caso de la compañía española de tecnologías de la información y conectividad, no es excluyente y, por tanto, no se cierra a la Inteligencia Artificial a secas.
En Estados Unidos, las grandes empresas tecnológicas, sea Salesforce con Einstein, IBM con Watson, Amazon con Alexa, Telefónica con Aura, Google con Duplex, Apple con Siri, Microsoft AI en Azure pudiere parecer que atienden al concepto más extendido de Inteligencia Artificial con Machine Learning, cuando en realidad, estas empresas desarrollan ambos tipos de Inteligencia Artificial porque ambas tienen ventajas. Fueron concebidas en Estados Unidos a mediados de los años cincuenta del siglo XX y han tenido un recorrido parejo en sus aplicaciones empresariales. Como diría Deng Xioping, sucesor de Mao Tse Tung (Mao Zedong), “¿Qué más da que el gato sea blanco o negro con tal que cace ratones?”: la guerra filosófica entre la inteligencia artificial (AI) y la inteligencia aumentada (IA) se ha librado durante más de medio siglo, con el enfoque de cambio entre las dos, ya que cada una ha hecho importantes avances.
Por un lado, el campo de la IA cree que el futuro de la computación es sistemas autónomos que se pueden enseñar a imitar o reemplazar las funciones cognitivas humanas. Un ejemplo reciente es el coche Autónomo de Google, donde la máquina reemplaza totalmente la intervención humana y la interacción.
En el otro lado, los expertos en Inteligencia Aumentada creen que las tecnologías de la información pueden complementar y apoyar el pensamiento humano, análisis y planificación, pero deja al ser humano en el centro de interacción persona-ordenador (HCI). Consideremos un coche con sistema anticolisión que puede ayudar a un conductor a prevenir un accidente, pero no elimina realmente al conductor de la ecuación.
Las últimas dos décadas han sido testigo de crecientes fortunas de AI con el éxito de Deep Blue de IBM, que venció al gran maestro de ajedrez Gary Kasparov en 1997; Watson de IBM derrotó a los campeones de Jeopardy, Ken Jennings y Brad Rutter, en 2011 y más recientemente, Google AlphaGo destrozó al campeón mundial de Go, Lee Sedol en 2016.
Estos éxitos demostraron la superioridad de los equipos sobre los seres humanos en la realización de un determinado tipo de cometido. Y después de cada uno, innumerables predicciones de la ascensión de las máquinas y la desaparición del ser humano. Vivek Wadhwa, distinguished fellow en las universidades de Stanford y especialista de la tecnología aplicada al negocio, recientemente, dijo: «en una década o dos, robots e inteligencia artificial realizarán cada trabajo que hacen los seres humanos. Nos dirigimos hacia un futuro desempleo.» No es el único que piensa así. Richard Baldwin en “Globotics y el futuro del empleo”, expresa lo mismo. Doscientos expertos en economía, tecnología y negocio prevén un futuro negro para el empleo de directivos y empleados debido a la IA y la Automatización de procesos. PWC predice 800 millones de desempleados; OCDE acaba de publicar el 25 de marzo un informe que afirma que “España perderá la mitad de su empleo en una década debido a la Inteligencia Artificial”. No hemos salido de una y nos metemos en otra… Tengo por cierto, para mayor tranquilidad del lector, que la OCDE es superficial en sus estudios e ignora casi todo sobre nuestro tejido empresarial y mercado laboral. ¿Es plausible pensar que, en una década, medio millón de camareros/as pierdan su puesto de trabajo para ser sustituidos por robots?
AI, bots y la nube
Microsoft, Google y Facebook lanzaron hace tiempo Auto Mouse Bot, diseñado para automatizar tareas, como programar una cita o realizar una búsqueda en Internet.
Robots modernos emplean tecnología de Inteligencia Aumentada para procesar conversaciones o sesiones de texto, efectivamente reemplazando los operadores humanos que, normalmente, están detrás de estos procesos. Ejemplos recientes de bots y chatbots de Domino bot para pedir pizza, Taco Bell bot para pedir comida y X.AI bot que automáticamente programa reuniones con los colegas haciéndose pasar por un humano. Este último ya tiene 5 años de vida, fundado en 2014.
Un número creciente de empresas está usando Inteligencia Aumentada para ayudar a cambiar los modelos de negocio y reconstruir la experiencia del cliente. La rápida evolución de la computación y almacenamiento está pidiendo transformar las redes.
Los expertos predicen robots que pronto reemplazarán a aplicaciones como la forma principal que completar tareas. La simplicidad del bot se compromete a sustituir la estructura rígida de la aplicación; es más fácil y más intuitivo de usar. En lugar de desplazarse a través de una aplicación, simplemente hay que hablar con (o escribir) un bot y decirle lo que quieres.
La Inteligencia Aumentada quiere encontrar su lugar en la nube, donde Microsoft y Google quieren cambiar la forma en que trabajamos. Un ejemplo es utilizar la inteligencia artificial que hay detrás de Microsoft Gráfico de Office mediante la aplicación de Office 365 Delve, que presenta recomendaciones a los usuarios con documentos y conversaciones que quiera ver o mantener. También Google hace recomendaciones gracias a aplicaciones que utilizan Inteligencia Aumentada y, con conocimiento gráfico y geográfico, Google propone información que “piensa”, que los usuarios querrán ver, incluyendo restaurantes, tiendas y museos cercanos.
Son ejemplos muy, muy sencillos y simplones. Lo que hoy en Estados Unidos hace la Inteligencia Artificial en el campo de la Defensa o las finanzas, sería inaudito en Europa. Esto es sólo el comienzo. La cuestión es: ¿estamos preparados para ceder el control a coches autónomos, robots de software, motores de recomendación, etc, basados en Inteligencia Aumentada?
La respuesta es sí… y no.
Aunque AI claramente jugará un papel más importante en nuestra vida cotidiana, no es una panacea. Soluciones basadas en Inteligencia Artificial funcionan mejor en entornos estructurados donde toda la información pertinente puede ser considerada y las metas del sistema están claramente definidas: ordenar una pizza, establecer una reunión, jugar al ajedrez. Es decir, que la Inteligencia Artificial, Aumentada o Disminuida, hoy, en aplicaciones comerciales y de negocio puede superar la mente humana siempre y cuando haga solo una tarea específica y no todo lo que abarca la persona.
En todos estos casos, mientras que el número de resultados posibles puede ser enorme, el resultado puede predecirse con un alto grado de confianza (y puede ser ajustado basado en la respuesta del usuario para mejorar los resultados en el futuro). Esta es exactamente la situación donde un ordenador potente tiene una ventaja sobre la mente humana. Pero, insisto, esto es “narrow artificial inteligence”. No va más allá de una tarea. Ponle dos y, como dice mi padre, “se le quema el sistema operativo”…
Por otro lado, la inteligencia artificial no es idónea para situaciones donde objetivos y entradas de información no están bien definidas por parámetros previamente establecidos: es aquí donde la inteligencia aumentada juega un papel importante.
Sin embargo, la inteligencia artificial es mucho más que esto. Hoy en día se utiliza en diversas industrias para acometer grandes problemas de negocio. Por esto, preferimos alejarnos un poco de este término (inteligencia artificial a secas) y utilizar el término augmented intelligence o inteligencia aumentada para referirnos a la computación cognitiva.
Esto significa que las soluciones que creamos y los negocios que transformamos digitalmente, obtienen soluciones de que aumentan las capacidades y habilidades de los individuos para quienes fueron diseñadas, y, por ende, las organizaciones.
Lo cual suscita preocupaciones éticas y morales que no son objeto de este artículo, pero que simplemente enuncio: ¿es menester dejar sin trabajo a medio mundo sin ofrecer alternativas? ¿Vale la pena dejar el control de nuestras vidas en manos de “inteligencias artificiales” y robots? Si la inmensa mayoría se queja del vecino de arriba, “porque es tonto y me hace la vida imposible”, adónde vamos a ir si el vecino es un robot inteligente que sabe de antemano dónde tenemos las cosquillas…
Jorge Díaz-Cardiel. Socio director general de Advice Strategic Consultants. Economista, Sociólogo, Abogado, Historiador, Filósofo y Periodista. Autor de más de mil de artículos de economía y relaciones internacionales, ha publicado una veintena de libros.
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