HPE apuesta por los contenedores con Mesosphere

¿Queda alguna empresa que pueda realizar estimaciones realistas de sus necesidades de TI a medio y largo plazo? Pocas, muy pocas. La inmensa mayoría están sometidas a un mercado singularmente dinámico, en el que la capacidad de adaptación es un factor clave en la operativa del día a día.

Así, su principal necesidad a este respecto es poder contar contar con sistemas modulares, escalables, que saquen partido de las diferentes opciones disponibles hoy en día, pero que a su vez permitan mantener la compatibilidad con las infraestructuras ya existentes.

Un puzzle particularmente complejo y que solo es posible completar con éxito si se dispone de cuantas herramientas sean necesarias, siempre en tiempo, forma y precio. A esto se debe que, de un tiempo a esta parte, la palabra «híbrido» se haya convertido en una referencia en el sector, y que las principales compañías focalicen parte de sus esfuerzos en este campo.

No obstante, si hay una tecnológica que lleva ya mucho tiempo buscando las mejores soluciones para este tipo de necesidades, sin duda esa es Hewlett Packard Enterprise. Basta con comprobar el tiempo que HPE ofrece soluciones (hardware, software y servicios) de nube híbrida, así como las innovaciones que ha ido desarrollando en este campo durante los últimos años.

Un compromiso que, una vez más, ha quedado claro con el anuncio de su acuerdo con Mesosphere, para facilitar la integración de este sistema operativo y sus múltiples funciones en el catálogo de soluciones híbridas de HPE.

No es esta la primera vez que HPE muestra su interés en su nuevo partner tecnológico. Ya en 2016 lideró una ronda de inversión en Mesosphere con 73,5 millones de dólares, una inversión que ha permitido que el sistema operativo se desarrolle lo suficiente como para permitir, ahora, su integración en el catálogo de servicios para todos los clientes con necesidades de nube híbrida. Pero, ¿qué es exactamente lo que aporta Mesosphere al catálogo de HPE?

Contenedores

Mesosphere OS ya ha sido considerado, por muchos expertos en redes, como el sistema operativo más interesante para este contexto desde la llegada de Linux. Y es que las redes y la gestión de infraestructuras y recursos están en su ADN. Así, mediante el empleo de las herramientas de gestión de recursos en un único pool, resulta más sencillo que nunca el control de los recursos existentes, así como la administración, escalabilidad y gestión de la redundancia de las diversas aplicaciones ejecutadas en los sistemas.

Y, lo mejor de todo, es que una vez realizada esa gestión de los recursos, permite crear contenedores independientes para cada aplicación, que podrán ser ejecutados (y modificados) tanto en una infraestructura propia como en la nube pública. Todo, con la tranquilidad de que el aplicativo siempre contará con los recursos adecuados, y de que en caso de que sus necesidades cambien con el tiempo, la reasignación de recursos resulta singularmente sencilla.

Lo primero que destaca a este respecto es la implementación de aplicaciones, especialmente si hablamos de grandes proyectos, donde se suelen dar grandes complicaciones, incluso en el empleo de sistemas tan comunes en la actualidad como Apache Spark y Apache Cassandra. Gracias al desarrollo de Mesosphere Enterprise DC/OS simplifica la puesta en marcha hasta reducirla, en algunos casos, a una sola línea de comandos para poner en marcha un contenedor.

En lo referido a la gestión, cualquier administrador sabe lo complejo que suele resultar la gestión de este tipo de sistemas, puesto que hay que permanecer atento a información que tiene su origen en múltiples fuentes. Así, es habitual tener que aumentar el tamaño de los equipos de TI, y dedicar a una o varias personas de manera exclusiva a estas labores.

Sin embargo, la integración que proporciona HPE con Mesosphere permite centralizar toda esa información en una única consola, desde la que además se pueden gestionar todos los aspectos relacionados con la aplicación, el contenedor y la infraestructura (privada o pública) en la que ésta se está ejecutando.

Esto, además, incluye la modificación de los recursos asignados a cada contenedor. De esta manera se facilita no solo el despliegue, sino también la escalabilidad y el reaprovisionamiento de recursos, a medida que éstos van siendo necesarios. Gracias a esta capacidad, las empresas que cuenten con HPE para gestionar sus infraestructuras híbridas mantendrán un control absoluto y muy sencillo de las mismas, y de esta manera podrán dedicarse a otros aspectos mucho más importantes.