Casi 70.000 empleados de startups han perdido su empleo desde el inicio de la crisis del COVID-19

Las startups de tecnología han despedido a decenas de miles de empleados desde el principio de la crisis del COVID-19 por las dificultades económicas que ha traído consigo. Así lo asegura Max Azaham, Director de investigación de la consultora Gartner en el Wall Street Journal, que subraya que «las startups son una gran fuente de innovación en el sector TI, pero ahora están especialmente flojas en liquidez«.

Según Azaham, el COVID-19 ha convertido a los inversores en startups en más alérgicos al riesgo, por así decirlo, lo que ha derivado en un agudo descenso de la inversión de capital riesgo en empresas de tecnología que buscan inversores de menos de 100 millones de dólares.

Esto a llevado a que desde el mes de marzo hasta la semana pasada hayan perdido su trabajo casi 70.000 empleados de startups tecnológicas. Los sectores en los que este tipo de compañías han despedido más personal son los siguientes: transportes, financiero y viajes.

Las startups de la zona de San Francisco, en Estados Unidos, área en la que se encuentra Silicon Valley, han recortado más de 25.500 puestos de trabajo. Entre ellas hay empresas de alto nivel, como Uber, Groupon o Airbnb.

Solo Uber anunció el pasado mes de mayo 6.500 despidos, más o menos la cuarta parte de su plantilla. En abril, una de sus rivales, Lyft, despidió al 17% de sus trabajadores para hacer frente al descenso de ventas durante la crisis provocada por la pandemia del coronavirus. Por otro lado, las empresas de desarrollo en Inteligencia Artificial y otras herramientas y tecnologías digitales emergentes llevan despidiendo trabajadores durante los cuatro últimos meses. Y en general, las startups llevan todo 2020 rebajando costes para afrontar la bajada de financiación externa.

La financiación del mercado privado para startups a nivel mundial cayó en el primer trimestre a 67.000 millones de dólares, un 22% menos que la cifra alcanzada durante el mismo periodo de 2019. Además, la mayoría de startups que cuentan con inversores de capital riesgo en Estados Unidos no pueden acogerse a la petición de fondos de emergencia puestos en marcha para aliviar al situación de empresas durante la crisis, dado que hay una norma que cuenta a sus inversores de capital riesgo como empresas asociadas.

Así, según un estudio, el pasado mes de mayo menos del 40% de las 140 startups de base tecnológica que hay en el área metropolitana de Seattle han recibido financiación bajo el programa que se encarga de la asignación y reparto de estas ayudas por el COVID-19, el Paycheck Protection Program, y muchas han recurrido al seguro contra el desempleo para pagar sus gastos. Alrededor del 25% de estas compañías han despedido empleados o les han dado un permiso sin sueldo.

Los despidos en las startups tecnológicas pueden llevar a problemas para las empresas de todos los sectores que buscan herramientas digitales innovadoras para capear la crisis del coronavirus y competir en el escenario posterior a la pandemia. Las startups y otras tecnológicas pequeñas llevan ya varios años siendo una fuente de tecnología emergente y también de trabajadores cualificados para empresas más grandes, según Jonathan Simnett, Director de la consultora tecnológica Hampleton Partners.

Además, las grandes empresas suelen utilizar la compra de startups como un medio para avanzar en investigación y desarrollo en tecnología. Su pérdida de empleados y reducción de costes puede llevar a un descenso en su nivel de innovación y en su potencial para llevarlo a cabo, en un escenario en el que se pide justo lo contrario, más innovación en muchos sectores de la economía. Entre ellas la colaboración, el trabajo en remoto, el comercio electrónico y los servicios tecnológicos.