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El valor de las monedas digitales de bancos centrales representará 213.000 millones de dólares en 2030
Según datos aportados por Juniper Research, se estima que el valor de las monedas digitales de bancos centrales (Central Bank Digital Currency – CBDC) aumente considerablemente de cara a los próximos siete años. De este modo, pasaría de los 100 millones de dólares de la actualidad a 213 mil millones para 2030.
Es curioso, pero existen previsiones que determinan que en 2030 el 92% del valor total negociado a través de CBDC se pagará a nivel nacional, siendo cada vez más complejo establecer un sistema de pagos transfronterizos.
El CBDC se muestra como una nueva forma de dinero emitida, de manera electrónica, por parte de un banco central. Solo así se logrará mejorar el sistema de pagos, ya que los bancos centrales son dueños de sus monedas digitales y pueden aumentar los pagos electrónicos e impulsar el descenso del uso del efectivo. Además se libran de la presencia de las stablecoins, que pueden poner en riesgo la estabilidad financiera del estado.
El Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE), puso en marcha el proyecto de euro digital en julio de 2021, algo en lo que se viene trabajando actualmente para lanzarlo al mercado con la mayor brevedad posible. Es un ejemplo más de que la CBDC estaría respaldada por dinero fiduciario tradicional y garantizaría que los clientes no tuviesen que tener una cuenta bancaria para mantenerlo, sino que les bastase con carteras digitales encriptadas en la nube, en un USB o en un ordenador.
Las mejoras que traerá consigo la CBDC
Además de la comodidad de no tener que abrir una cuenta bancaria, los inmigrantes podrán enviar dinero a sus países de origen sin tener que pagar excesivas tarifas, e incluso las empresas podrán realizar pagos transfronterizos con liquidaciones más baratas e instantáneas.
Otro aspecto a tener en cuenta será la reducción de los costos de impresión y reemplazo de dinero, combatiendo el fraude y contribuyendo a la recuperación del dinero abonado a estafadores.
Los gobiernos podrán fijar todas las características propias de la administración de la CBDC, desde las tasas de interés hasta la oferta monetaria. Además el control será exhaustivo, pues las autoridades podrán controlar de cerca en qué gastan el dinero sus ciudadanos.
Los primeros países
China lanzó su Yuan Digital, siguiéndole a éste programas pilotos desarrollados en Australia, Tailanda, Brasil, Corea del Sur, Rusia e India. Para 2030, el Banco de Inglaterra y el Tesoro del Reino Unido prevén lanzar una libra digital o CBDC Britcoin. EEUU se ha quedado rezagado en esta carrera, pues ha dado prioridad a las criptomonedas privadas. Trabaja en un dólar digital, equivalente a una red SWIFT de próxima generación. La idea pasaría por crear una CBDC para comprar, pero no para ahorrar, a modo de prueba.
Ya en marzo de 2022, el presidente de EEUU, Joe Biden emitió una orden ejecutiva para impulsar el desarrollo de una CBDC a través del Banco de Reserva Federal como forma de supervisar la acción de las criptomonedas, estando controlado por el Tesoro de EEUU. Ya en noviembre, el Banco de la Reserva Federal de Nueva York inició el desarrollo de un prototipo de CBDC mayorista, el Project Cedar, el cual está en fase 2 de estudio.
A pesar de que muchos países han dado pequeños pasos, nadie ha decidido adoptarla de forma generalizada, y por consiguiente, no ha fijado las reglas de los grandes sistemas de pago internacionales. Quien primero las establezca marcará el rumbo del resto.
Lo relevante es que 114 países, que representan el 95% del PIB mundial, están investigando la creación de CBDC, aunque solo el 16% de los proyectos se encuentran en fase piloto. El resto, el 30% está en desarrollo y el 27% en fase de investigación.
Las limitaciones legales
Las CBDC requerirán de un marco regulatorio complejo que incluyese estándares de privacidad, protección del consumidor y acciones para evitar el blanqueamiento de capital, ya que de lo contrario se pondría en jaque la seguridad nacional del país que las utiliza. Así pues, tanto aspectos geopolíticos como fraudes generalizados podrían verse mermados.
Actualmente los pagos transfronterizos tienen elevados costes y las velocidades de transacción son lentas. Esto supondría que la industria de pagos en general se beneficiase de las CBDC y por ende que se construyese una red financiera completa que incluyese billetera digital, capacidades mayoristas y aceptación comercial.
En este sentido, los desarrolladores están experimentando establecer una programación rigurosa en las cadenas de valor de pago habilitadas para CBDC. Países como Rusia y China saben que si dependen de las monedas estadounidenses podrían verse afectados por sanciones importantes. De hecho, China ha probado los pagos transfronterizos con los bancos centrales de Tailandia y Emiratos Árabes Unidos, lo que supone un riesgo generalizado.
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