Estados Unidos demanda a Apple por supuesto monopolio con el iPhone

El gobierno de Estados Unidos ha interpuesto una demanda contra Apple, una de las empresas más mimadas y protegidas por el gobierno del país, ya que aporta un buen porcentaje del PIB total (p.e.: en 2015 aportaron el 0.5% del Producto Interior Bruto). En este caso, el motivo de dicha demanda ha sido una acusación por establecer un monopolio en el mercado de los smartphones con su iPhone.

Esta acción legal, que es parte de una investigación de cinco años, argumenta que Apple ha usado su control sobre la distribución de aplicaciones en los iPhones para obstaculizar innovaciones que podrían haber facilitado a los usuarios el cambio de sus dispositivos, dificultando también el uso de servicios móviles de streaming en la nube de terceros, generando así un ecosistema muy cerrado. No obstante, hay que decir que recientemente se ha añadido la compatibilidad para este tipo de servicios de juegos en la nube, además de incorporar la tecnología multiplataforma de mensajería RCS (Rich Communication Services).

No es la primera vez que se investiga a Apple por algo parecido, y ya la UE ha llevado acabo varias acciones legales a lo largo del tiempo. Sin embargo, como es lógico, la compañía de Cupertino ha respondido alegando que el proceso es erróneo y que establece un precedente peligroso al permitir la intervención de las autoridades en el diseño de los productos.

Apple contraataca

La empresa capitaneada por Tim Cook ha expresado su firme intención de defenderse contra la demanda que alega que la empresa ha creado un monopolio con el ecosistema del iPhone. La empresa sostiene que la demanda amenaza su identidad y los principios que distinguen sus productos en mercados altamente competitivos. Apple argumenta que si la demanda tiene éxito, limitaría su capacidad para desarrollar la tecnología que los consumidores esperan de ella, una tecnología que integra hardware, software y servicios.

Como contexto, mencionar que la Comisión Europea anunció recientemente una multa de 1.840 millones de euros a Apple por abuso de posición dominante en la distribución de música en streaming, al impedir a plataformas como Spotify informar a los usuarios de iPhone o iPads sobre formas alternativas de suscripción más allá de la App Store.

Además, Apple ha expresado su preocupación de que la demanda establezca un precedente peligroso al permitir al gobierno intervenir de manera significativa en el diseño de la tecnología. La empresa considera que la demanda es incorrecta tanto en términos de hechos como de ley. Ahora la justicia del país será la que tenga la última palabra, y ver si con el tiempo se traduce en sanciones o si la compañía de la manzana puede volver a seguir con sus cuestionables políticas.