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El control de China a la exportación de componentes para chips pueden llevar a una subida de precios
China, afectada por varias sanciones impuestas por Estados Unidos a la importación de componentes y equipamiento tecnológico, así como a la comercialización de sus productos, está tomando medidas que van a afectar sin duda a la fabricación y venta de distintos tipos de chips por parte de fabricantes occidentales. Tanto, que según el Financial Times ya empiezan las dudas sobre si podrían llegar a causar otra etapa de escasez de chips.
Estas restricciones afectan al germanio y al galio, y las impuso el gobierno chino el año pasado, lo que ha llevado a que los precios de ambos materiales hayan alcanzado ya en Europa el doble del que tenían hace un año. El germanio se usa para fabricar transistores de alta velocidad por su elevada capacidad de movilidad de los electrones, además de en la fabricación de cables de fibra óptica, paneles solares y cámaras de imagen termales de uso militar.
En cuanto al galio, se necesita para la producción de nitruro de galio, un material con un amplio vacío de energía que puede gestionar mayor capacidad de energía que el silicio, lo que implica que los chips basados en nitruro de galio pueden ser más eficientes y duraderos que los de silicio. China produce el 98% del total de suministro de galio mundial, y el 60% del germanio, de ahí la importancia de las restricciones que aplica a estos componentes para chips, y que pueden jugar en contra de quienes decidieron imponer sanciones, sobre todo relacionadas con la tecnología y con el comercio, al país.
De hecho, cuando estas sanciones entraron en vigor en agosto de 2023, se vieron como una venganza por las restricciones a la exportación de chips que anunció Holanda presionada por Estados Unidos. Las autoridades chinas no hicieron comentarios en este sentido, y las achacaron a la protección de sus intereses y de su seguridad nacional.
En la actualidad, debido a los controles, el envío de cada cargamento de cualquiera de los dos necesita pasar por un proceso de aprobación. Este tarda en recibirse entre 30 y 80 días, y hace inviables los contratos de suministro a largo plazo debido a la incertidumbre, según quienes lo comercializan. Además, en las solicitudes para conseguir el permiso de envío y exportación debe figurar quién es el comprador y qué uso tiene intención de darle.
Como resultado de las restricciones a estos componentes para chips, las exportaciones de galio chino bajaron de 28.000 kilos en la primera mitad de 2023 a 16.000 kilos en la segunda mitad. Y varios directivos de empresas de fabricación de semiconductores y electrónica ya han señalado que hay un riesgo muy real de que las empresas empiecen a quedarse sin sus reservas de ambos materiales. Además, están teniendo muchos más problemas para comprarlos, y solo están pudiendo hacerse con una parte mucho menor que la que compraban hace unos meses.
Pero el galio y el germanio no son los dos únicos componentes a los que China está aplicando restricciones. Hace poco que también se las puso al antimonio, un mineral muy utilizado en óptica de precisión y en la fabricación de gafas de visión nocturna. Además, en diciembre de 2023 el país impuso la prohibición a la exportación de tierras raras, también utilizadas en la fabricación de distintos productos tecnológicos, y en ciertos procesos de distintos sectores de la tecnología y la electrónica.
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