Minecraft, campo de pruebas para la IA

El desarrollo de la Inteligencia Artificial (IA) ha tomado, en poco tiempo, una velocidad que hace sólo unos años no habríamos imaginado. Seguramente tenga que ver con haber alcanzado el nivel de desarrollo tecnológico necesario para poder abordarla (son muchos los factores que debían confluir para alcanzar este punto), pero lo que resulta innegable es que, de repente, parece que un tema en boca de todo el mundo, y que cualquier empresa tecnológica que se precie debe estar haciendo algo al respecto. Tal es el caso de Microsoft que acaba de anunciar, salido de su laboratorio de investigación de Nueva York, Project AIS, una más que interesante aproximación a los sistemas que aprenden de su propia experiencia, y que para tal fin hace uso de uno de los juegos más populares y exitosos de los últimos años, Minecraft.

El concepto es sencillo: desarrollar software capaz de desenvolverse en los mundos creados por el juego, sin tener conocimientos previos sobre el mismo (más allá de los imprescindibles para controlar al jugador), y que sea el propio sistema el que, con la experiencia, vaya aprendiendo a sobrevivir y evolucionar en dicho entorno. Más o menos lo mismo que le ocurre a cualquier jugador que se enfrenta al juego por primera vez, pero con la diferencia de que el sistema, en primera instancia, no sabe que la reacción lógica ante un esqueleto con un arco o una araña gigante es salir corriendo en dirección opuesta. Será la experiencia la que le permita averiguarlo y, a partir de ahí, ser capaz de moverse cada vez con más soltura por dicho entorno.

Los objetivos de este proyecto son dos: el primero y fundamental es trabajar en la capacidad de aprendizaje de los sistemas. Hasta ahora el software recibía instrucciones sobre cómo proceder en cada posible circunstancia, lo que deja abierto un agujero ante posibilidades que no hayan sido contempladas por los diseñadores. Sin embargo, que el sistema no esté limitado a las situaciones para las que ha sido programado, sino que, al igual que haría un ser humano, pueda conjugar sus conocimientos y experiencia para buscar la mejor solución a un problema, supone un paso de gigante en la evolución de la inteligencia artificial.

Otro objetivo de este proyecto y la razón por la que se ha llevado a cabo en Minecraft es, claro, poder llevar a cabo pruebas de este tipo en sistemas sin tener que asumir un alto coste por ello. Si el sistema que controla al jugador se despeña varias veces desde lo alto de montañas, podrá empezar una nueva partida de manera inmediata y sin coste alguno. Probar un sistema así en un entorno real, con algún tipo de dispositivo robótico controlado por el sistema de inteligencia artificial, sí que tendría un coste económico y de tiempo cada vez que el sistema se accidentase, algo imprescindible dentro de su fase de aprendizaje. Es cierto que el mundo de Minecraft es bastante «plano», pero buena parte del aprendizaje obtenido en el mismo puede ser (y con toda seguridad lo será) útil una vez aplicado al mundo real.

Imagen: Hobbymb