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Kingston DataTraveler 2000, análisis
La seguridad de los datos que se almacenan en dispositivos extraíbles se ha convertido en un asunto de vital importancia; con multitud de herramientas de software capaces de «reventar» claves sencillas en pocos minutos, los fabricantes llevan tiempo incluyendo soluciones de cifrado de datos en sus pendrives de gama alta. Kingston va un paso más allá con el nuevo DataTraveler 2000, que incorpora cifrado AES 256-bit y protección mediante PIN, gracias al teclado integrado. Lo hemos probado durante unas semanas y estas son nuestras impresiones.
Kingston entrega el producto en un compacto blister que incluye, además del pendrive, una capucha protectora y un breve folleto a modo de guía práctica (tenemos más información en formato digital). Con unas dimensiones de 80 x 20 x 10.5 mm. es más grande que la mayoría de dispositivos de su categoría, si bien hay que tener en cuenta la integración del teclado y de la pequeña batería que se encarga garantizar la alimentación de sistema de seguridad. El chasis de aluminio garantiza resistencia frente a caídas, polvo y pequeñas salpicaduras sin problema.
El Kingston DataTraveler 2000 ofrece capacidades de 16, 32 o 64 Gbytes y funciona sin problemas en cualquier sistema operativo Windows, Mac OS X, Chrome OS, Android o distribuciones de GNU/Linux basadas en Linux 2.6 o superior. Es importante resaltar que es un producto muy enfocado al usuario profesional y, especialmente, en la protección de datos. El cifrado está basado en hardware, no depende del sistema operativo y no necesita controladores, garantizando compatibilidad total y el máximo nivel de seguridad en cualquier escenario. Estas son sus características técnicas más relevantes:
- Dimensiones 80 x 20 x 10,5 mm. (con tapa)
- Capacidades de 16, 32 y 64 Gbytes
- Interfaz USB 3.1 Gen 1
- Certificación resistencia IP57
- Hasta 135 MB/s lectura , 40 MB/s escritura (USB 3.1)
- Precio: desde 118 euros.
- Más información: Kingston
Nuestras pruebas
De serie, el pendrive incluye una contraseña por defecto y un manual en PDF que recomendamos leer con anteción, donde se explican con detalle los procedimientos para cambiar la contraseña (lo primero que deberíamos hacer), activar modos de bloqueo automático o de solo lectura o resetear el dispositivo al estado de fábrica.
Cada vez que queramos utilizarlo debemos introducir la clave (que puede ser solo numérica o alfanumérica) y se bloqueará de nuevo automáticamente al extraerlo del puerto USB. Si queremos un plus todavía mayor de protección, podemos configurar cuándo se bloqueará automáticamente, aunque siga conectado al PC. Es un proceso un tanto tedioso pero necesario, si queremos conservar el más alto nivel de seguridad.
Aunque no es lo más relevante en un dispositivo de este tipo, cabe destacar que el rendimiento del Kingston DataTraveler 2000 ha sido sobresaliente, consiguiendo velocidades de hasta 145 MB/s en lectura y 47 MB/s en escritura desde USB 3.1. En la práctica, esto supone que pasar un archivo de un par de gigabytes del portátil al pendrive no nos llevará más de cuatro o cinco segundos.
En definitiva, un producto ideal para usuarios móviles que busquen un pendrive seguro, con cifrado de serie y sin dependencia de software externo. Eso sí, hubieramos agradecido una pequeña pantalla integrada o un manual en castellano que, esperamos, se introduzca en futuras versiones del dispositivo. Nuestra versión es el modelo de 32 Gbytes, que se puede encontar por menos de 150 euros en tiendas como Amazon. Producto recomendado.
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