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¿Cómo cambiará la Inteligencia Artificial nuestras vidas en 2030?
La Inteligencia Artificial (IA) es uno de los campos de la tecnología que, se espera, vaya a cambiar no solo a la empresa sino al ámbito privado de las personas. Al menos, así lo creen un grupo de académicos, expertos e investigadores que han participado en un estudio de la Universidad de Stanford, recogido por Computerworld. Estos profesionales creen que para 2030, la Inteligencia Artificial habrá cambiado de forma radical cómo nos desplazamos, cómo cuidamos nuestra salud y los sistemas utilizados para educar a los niños.
El estudio, titulado «La Inteligencia Artificial y la vida en 2030», analiza los cambios que producirá este campo en ocho categorías: empleo, salud, seguridad, ocio, educación, robots de ayuda y servicio, transporte y zonas pobres. Además, en su texto se intenta predecir cómo las tecnologías inteligentes afectarán a la vida en las ciudades y núcleos urbanos.
Por ejemplo, los investigadores aseguran que los vehículos autónomos y los drones de reparto por aire podrían cambiar tanto los viajes como los patrones de vida en las ciudades. También afirman que los robots domésticos de limpieza no se limitarán a quitar el polvo, sino que también ofrecerá seguridad. Además, los sensores inteligentes se encargarán de monitorizar el estado del organismo humano y algunos de sus indicadores, como el nivel de azúcar en sangre. Habrá instructores robóticos que se encargarán a mejorar la enseñanza, y los avances en Inteligencia Artificial se encargarán de facilitar nuevos sistemas para distribuir contenidos multimedia de manera más interactiva.
El informe también asegura que los avances en esta tecnología pueden mejorar servicios como la distribución de alimentos a barrios pobres de las urbes, así como mejorar el análisis de patrones de criminalidad. Pero, para ellos, no todo es positivo. Por ejemplo, la Inteligencia Artificial puede ocasionar cambios muy significativos en la fuerza de trabajo, ya que los robots y los sistemas inteligentes son capaces de desempeñar trabajos de menor cualificación, como la distribución del inventario en almacenes. También pueden programar reuniones e incluso ofrecer consejo financiero. Y todo ello provocará la creación de nuevos puestos de trabajo, como el de analista de datos, que se encargaría de analizar y encontrar sentido a todos los datos nuevos que los ordenadores recojan.
La cara amarga de la IA
A la vista de todo esto, el estudio refleja que se debe empezar a trabajar para descubrir cómo ayudar a la gente a adaptarse a los cambios tan rápidos que se van a producir en la economía, así como a superar el hecho de que se vayan a perder puestos de trabajo actuales a medida que se crean otros nuevos, como hemos indicado antes. Según Peter Stone, experto en informática de la Universidad de Texas en Austin y uno de los 17 miembros del panel de expertos que ha elaborado el estudio, «hasta ahora, la mayor parte de lo que se conoce como Inteligencia Artificial viene de libros y películas de ciencia ficción. Este estudio proporciona una base realista para discutir cómo las tecnologías de Inteligencia Artificial van a afectar a la sociedad«.
Según Stone, los miembros del grupo creen que «las aplicaciones de Inteligencia Artificial especializadas serán cada vez más útiles y comunes para 2030, y mejorarán nuestra economía y nuestra calidad de vida. Pero esta tecnología abrirá también profundos desafíos, y afectará al empleo y a los ingresos, así como a otros aspectos que debemos empezar a abordar ya para asegurarnos de que los beneficios de la Inteligencia Artificial se comparten ampliamente«.
A finales de 2014, varios investigadores de Stanford lanzaron un estudio similar sobre lo que serían los próximos 100 años en la Inteligencia Artificial. Para ello preguntaron a investigadores en ese campo, expertos en robótica y otros científicos sobre los efectos que tendrán la proliferación de máquinas que perciben cosas, aprenden y razonan en la forma en la sociedad.
De esta forma, los investigadores creen que gracias a sus predicciones serán capaces de anticiparse a los cambios, con sus ventajas e inconvenientes, que puede traer consigo la Inteligencia Artificial. Su objetivo es hacer posible que los científicos y los legisladores puedan estar lo bastante preparados como para poder gestionarlos de forma eficaz.
Hasta ahora se han expuesto varios puntos de vista sobre los avances en este campo, tanto positivos como negativos. Y a diferencia de Elon Musk, que cree que el desarrollo de la Inteligencia Artificial viene a ser algo parecido a la invocación de un demonio, en el estudio que acaba de publicar este grupo de científicos se refleja que a pesar de que están seguros de que planteará problemas en el futuro, con el avance de esta tecnología llegarán también numerosos beneficios.
Barbara Grosz, experta en Informática de la Universidad de Harvard y presidenta del comité AI100, el grupo encargado del estudio que habla de los próximos 100 años en la Inteligencia Artificial, está segura de ello: «Las tecnologías de IA pueden ser fiables y muy beneficiosas. Ser transparente en cuanto a su diseño y a los desafíos de su despliegue generará confianza y eliminará las sospechas y los miedos injustificados«.
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