Uno de los principales problemas de los centros de datos en relación con la sostenibilidad es su consumo de energía. Y las altas temperaturas que se alcanzan cada vez más en buena parte del planeta son un problema añadido para sus responsables, puesto que tienen que consumir más energía para evitar que se calientes, y mantenerlos refrigerados.
Parte del problema también se debe a que los servidores tienen una vida bastante larga. De media, unos diez años. Y aunque en su día fuesen tecnología punta, los más antiguos consumen más energía. Cambiar los equipos, especialmente los antiguos, supone una inversión importante de dinero. Pero en el caso de los servidores, se puede amortizar con más rapidez, puesto que lo que los centros de datos gastan en ello, lo compensan por otro lado con una reducción en el consumo de energía. Además, al dar este tipo de pasos, ganan en sostenibilidad.
Además, los nuevos servidores son mucho más potentes y capaces, y al sustituirlos, los responsables de centros de datos pueden encontrarse con que los nuevos hacen el trabajo de media docena de los equipos antiguos. Por lo que aunque en principio puede parecer un gasto, a medio plazo es una inversión rentable.
Eso si, a menudo, cuando se sustituye el hardware antiguo, se generan residuos electrónicos. Cada año, el mundo genera 50 millones de toneladas de este tipo de residuos. Y aunque, según una investigación de Lenovo, el 70% de las organizaciones están utilizando datos para conseguir no solo cumplir sus objetivos financieros, sino también los de gobernanza, medioambiente y sociedad (ESG).
Para esto último es necesario tomar aún más medidas. Por ejemplo, contar con un servicio de recuperación de activos para deshacerse del hardware viejo. Ya sea mediante el reciclado, su renovación para la venta posterior, su reutilización o su desecho de la mejor manera posible para el medio ambiente. Las empresas necesitan claridad y políticas que establezcan cómo hacerlo, que no impliquen tirar un equipo a la basura directamente.
Además, los centros de datos se van a enfrentar a una regulación cada vez más exigente, así como a demandas sobre transparencia en el uso de agua y energía. La Comisión Europea está a punto de anunciar un plan para abordar y hacer público el impacto medioambiental de los centros de datos. Para 2025, esto podría llevar a los centros de datos a tener una especie de etiqueta que refleje cuánta energía usan.
A partir de ahora, que una empresa no cumpla sus objetivos de sostenibilidad va a ser casi tan malo en cuanto a reputación como no cumplir los objetivos financieros. Esto, además de los efectos que tendrá sobre el cambio climático. Según Lenovo, el 59% de los altos directivos esperan que las amenazas del calentamiento global tenga un impacto en su negocio entre moderado y grave. Pero a pesar de reconocerlo, pocos tienen planes a corto plazo para abordarlas. Solo un 33% va a tomar medidas en los próximos tres años para abordar el calentamiento global.