Noticias
¿Cuáles son las principales áreas de crecimiento de Internet de las Cosas?
Internet de las Cosas (IoT) va a experimentar un colosal crecimiento durante los próximos años, y especialmente cuando coincida con el inicio del despliegue de las redes 5G.
Internet de las Cosas (IoT) va a experimentar un colosal crecimiento durante los próximos años, y especialmente cuando coincida con el inicio del despliegue de las redes 5G que, por lo que apunta el estado actual de su definición, estarán especialmente diseñadas para dar soporte a una inmensa red de pequeños dispositivos conectados.
Así que es un excelente momento para plantearse un futuro profesional relacionado con IoT, tanto para los jóvenes que todavía hoy se están formando para entrar en el mundo laboral, como para aquellos profesionales que necesitan o desean reorientar su carrera.
Sin embargo, antes de lanzarse a la piscina es más que recomendable saber qué calle le corresponde a cada uno y, para ayudar precisamente en este punto, la consultora Gartner acaba de publicar un informe en el que analiza el futuro de la red y destaca las diez áreas de la misma en las que vaticina un mayor crecimiento y, por lo tanto, una mayor demanda de profesionales. Son las siguientes:
Seguridad
Un nuevo dispositivo conectado a Internet es, por definición, una nueva puerta (potencialmente abierta) para los delincuentes que operan en la Red. Algunos riesgos de los que advierte la consultora son la suplantación de identidad de dispositivos (una versión IoT del recurso, tan visto en el cine, de cambiar la imagen de las cámaras de seguridad por una grabación hecha anteriormente) o los ataques llamados denial-of-sleep (denegación de descanso), ideados para impedir que el dispositivo pueda entrar en modo de descanso y, por lo tanto, hacer que su batería se descargue rápidamente.
Ante estas y otras amenazas, y necesidades como optimizar el modo en que los datos se gestionan y transfieren desde los dispositivos hasta sus destinos, será necesario mucho trabajo, por lo que los profesionales de la seguridad tienen ahí muchas oportunidades.
Analítica
Una lectura básica de Internet de las Cosas es hablar de millones de dispositivos tomando y recibiendo datos. Y aunque una parte importante de los mismos esté directamente relacionada con la toma de decisiones en tiempo real (al estilo del sensor del coche que detecta si está lloviendo y activa automáticamente el limpiaparabrisas), todo ese monstruoso volumen de datos, en los tiempos de Big Data puede llegar a valer su peso en oro.
Por lo tanto, serán necesarios trabajos y avances en todo lo relacionado con el análisis de dichos datos y la extracción de conclusiones a partir de los mismos. CDOs e ingenieros de datos, pasen por la puerta grande, les están esperando.
Gestión de dispositivos
Mantenimiento, control de estado, actualizaciones de software y firmware, reparaciones… gestionar una red de unas decenas de ordenadores puede parecer trabajoso, pero no debe ser gran cosa en comparación con responsabilizarse de cientos y cientos de dispositivos que, además, pueden estar diseminados en un área muy, muy extensa.
Así que por una parte hacen falta sistemas bien diseñados y que permitan realizar la mayor parte de las tareas posibles de manera remota y, claro, por otra parte profesionales capaces de acometer el desafío de gestionar una red de ese tamaño y con esas peculiaridades.
Redes de corto alcance y bajo consumo
Como la red WiFi de la oficina, pero con algunas singularidades, especialmente las relacionadas con la optimización de su rango de alcance y cobertura, pues este aspecto incide de manera muy directa en el consumo de batería de los dispositivos conectados a la misma. Administrar esas redes, combinando en algunos casos distintas soluciones ya diseñadas para tal fin es, sin duda, un desafío profesional que sólo aquellos que sueñan con topologías de red podrán (y querrán) acometer.
Redes de área extensa (WAN) de bajo consumo
El contrapunto al apartado anterior. Hablar de una red de área extensa y de bajo consumo es referirse, por ejemplo, a decenas o cientos de dispositivos dispersos a lo largo de una provincia, de todo el país o, ¿por qué no?, de todo el mundo. Las actuales redes (4G y anteriores) no ofrecen las condiciones adecuadas para este escenario, pero hasta la llegada de 5G, que sí que lleva IoT en su ADN, el despliegue de dispositivos en áreas muy amplias y que, por lo tanto, no pueden ser cubiertas por redes inalámbricas propietarias, es un desafío. Ya están apareciendo algunos estándares, como Narrowband IoT (NB-IoT), a los que conviene prestar mucha, muchísima atención.
Procesadores
De nada sirve una enorme red pensada para la conectividad de dispositivos, si no hay dipositivos especialmente diseñados para las mismas. La optimización del hardware para Internet de las Cosas pasa, inevitablemente, por el diseño de procesadores y SoCs (System on Chip) especialmente diseñados para tal fin, y que se sostengan en un muy bajo consumo y con todas las mejoras posibles en relación con la conectividad. La emergencia de sistemas SBC (Single Board Computer) como Raspberry Pi es un gran paso en este sentido, pero todo apunta a que aún queda mucho camino por recorrer en este aspecto, tanto en precio como en optimización.
Sistemas operativos
La gran mayoría de los sistemas operativos existentes en la actualidad no son, ni remotamente, la mejor opción para dispositivos de Internet de las Cosas. Y aunque fabricantes como Microsoft están dando pasos como llevar Windows 10 a Raspberry Pi, lo cierto es que todavía son necesarios sistemas operativos diseñados, desde un principio, para estos dispositivos, que sean muy modulares, livianos y que, además, estén pensados para formar parte de una estructura muy grande, al tiempo que son capaces de trabajar de manera autónoma.
Ya existen algunos desarrollos a este respecto, como Brillo de Google, Contiki y RIOT, por lo que es muy interesante estar atentos a éstos. Eso sí, sin perder de vista las nuevas opciones que, con total seguridad, aparecerán en un futuro próximo.
Proceso de transmisión de datos (streaming)
Uno de los casos de uso que serán muy comunes en Internet de las Cosas es el de dispositivos capturando un gran volumen de datos que deben ser analizados en tiempo real, desde sensores de seguridad hasta sistemas de telemetría. Para dar cobertura a estas necesidades surgieron hace ya algunos años las llamadas Distributed Stream Computing Platforms (DSCPs), redes de sistemas que distribuyen la carga de proceso para acelerar al máximo la extracción de resultados, que ahora están cobrando especial relevancia y que, en poco tiempo, podrían llegar a convertirse en uno de los elementos fundamentales de IoT.
Plataformas
¿Qué es peor para una empresa que tener que trabajar con un proveedor? Tener que trabajar con varios que, además, tengan que coordinarse entre ellos mismos. Así, una de las áreas en las que cabe esperar más crecimiento es la de empresas y profesionales que ofrezcan un «pack» que incluya todo lo necesario para que sus clientes puedan contar con una infraestructura de dispositivos conectados a su servicio.
A este respecto, Gartner ve tres grandes áreas: gestión integral de dispositivos (desde la compra de los mismos hasta su mantenimiento in situ si es necesario), sistemas de gestión de la información que genera esa infraestructura propia y desarrollo de todas las herramientas de software necesarias para trabajar con dichos datos. Los proveedores que sean capaces de ofrecer una solución integral para cualquiera de esas tres áreas pueden jugar un papel muy importante en el despliegue de Internet de las Cosas en el ámbito empresarial.
Estándares y ecosistema
A medida que se vayan estableciendo estándares, así como los medios por los que los mismos se relacionan entre sí dando lugar al ecosistema de IoT, surgirán necesidades relacionadas con el desarrollo de dichos medios. Un ejemplo claro son las APIs (Application Programming Interfaces), que serán esenciales tanto para facilitar que muchos desarrolladores se sumen a la lista de interesados en Internet de las Cosas, como para facilitar la interoperabilidad pues, sin ésta, sin los medios necesarios para que cualquier dispositivo pueda hablar en cualquier red y con cualquier otro dispositivo, el resultado no sería Internet de las Cosas, sino un montón de sistemas dispersos y sólo deficientemente conectados entre sí.
Son, como se puede apreciar, diez áreas que, pese a formar parte de un gran todo, abarcan muchas disciplinas distintas. Así, cada uno puede buscar la (o las) que más se adapten tanto a su perfil profesional como, y esto es más importante incluso, aquellas en las que más le guste verse en un futuro. Internet de las Cosas va a cambiar sustancialmente cómo trabajan muchas empresas, por lo que éstas tendrán que adaptarse y buscar profesionales que demuestren estar muy involucrados en este cambio de paradigma.
-
OpiniónHace 6 días
10 predicciones para los proveedores de servicios gestionados en 2025
-
NoticiasHace 7 días
AMD despedirá al 4% de su plantilla mientras se centra en IA y centros de datos
-
NoticiasHace 7 días
La Comisión Europea multa a Meta con 798 millones por perjudicar a la competencia de Marketplace
-
NoticiasHace 3 días
El Capitan es el nuevo superordenador más potente y rápido del mundo