La delincuencia en cajeros

En un momento en que el coste de la delincuencia en los cajeros automáticos en Europa asciende a casi los 500 millones de euros, ENISA ha puesto en marcha una campaña informativa para concienciar a los usuarios de los riesgos reales que existen actualmente con este tipo de delitos, y concienciarles de que tomen ciertas medidas de precaución básicas para evitar riesgos.

El rápido crecimiento en el número de cajeros automáticos, combinado con ataques cada vez más sofisticados y el fraude han causado un alarmante aumento del 149% en los ataques en cajeros automáticos en Europa el año pasado.

El número de cajeros automáticos en Europa aumentó un 6% el año pasado hasta alcanzar los 400.000, muchos de ellos situados lugares aislados tales como comercios, aeropuertos y gasolineras. El 72% de estos se encuentran en sólo cinco países: Reino Unido, España, Alemania, Francia e Italia.

Estos preocupantes datos, junto con toda la información sobre los tipos de delitos más habituales que se realizan en cajeros automáticos, casos concretos y recomendaciones para ayudar a detectar y prevenirlos, se publican esta semana en un documento realizado por ENISA, la Agencia Europea de Seguridad de las Redes y de la Información, titulado "ATM Crime: Overview of the European situation and golden rules on how to avoid it".

El efectivo tomado ilegalmente del cajero automático, sigue siendo el método preferido por los delincuentes, que obtienen el número pin de la tarjeta utilizando un amplio rango de técnicas, desde "mirar por encima del hombro" a otras técnicas de copiado más complejas como pueden ser utilizar una pequeña cámara espía, obtener un falso PIN e incluso instalar máquinas falsificadoras, además de las facilidades para trasmitir detalles sobre las tarjetas a un portátil cercano, que ha proporcionado la tecnología inalámbrica Bluetooth. Tan sólo el año pasado se produjeron un total de 10.302 incidentes de copia en Europa.

Delincuencia sofisticada

Otros métodos utilizados para extraer dinero son robar y luego utilizar las tarjetas de los usuarios, detener al usuario en medio de una transacción distrayéndole con diversos métodos, para completarla cuando la víctima se ha marchado e incluso robar el efectivo en el propio cajero también utilizando diversas técnicas para ello.

Los delincuentes organizados también utilizan técnicas de phishing (modalidad de estafa con el objetivo de intentar obtener de un usuario sus datos, claves, cuentas bancarias, números de tarjeta de crédito, identidades, etc. para luego ser usados de forma fraudulenta) cada vez más sofisticadas y hacking (acción de piratear los sistemas informaticos o redes de comunicación) de los sistemas informáticos bancarios y sitios web para obtener la información de PIN y cuentas.

Los robos y ataques físicos a los propios cajeros automáticos también han registrado un aumento del 32% en los 12 últimos meses, ya sea mediante la técnica del alunizaje a explosiones, utilización de sierras rotatorias, lanzas térmicas y brocas de diamantes.

"Los propios cajeros resultan muy atractivos para los delincuentes porque contienen efectivo, en tanto que las tarjetas bancarias proporcionan a los ladrones acceso a las cuentas bancarias de los clientes", comentó Andrea Pirotti, director ejecutivo de ENISA.

"De cara al futuro, la delincuencia en cajeros automáticos será todavía más atractiva porque la última generación ya está diseñada para dispensar otros servicios y productos tales como carga de teléfonos y sellos. La primera línea de defensa contra la delincuencia en cajeros automáticos es la concienciación del usuario respecto a los riesgos potenciales para que puedan tomar precauciones sencillas tales como como blindar el PIN al introducirlo o mantenerse alerta ante cualquier signo de falsificación o actividad sospechosa en un cajero", añadió.